La gobernabilidad de Cataluña la decidirá una ERC a la deriva con Junqueras ausente
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El presidente de los republicanos inicia un proceso de «reflexión y escucha activa»
17 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Lo de Esquerra recuerda al púgil grogui que va dando tumbos en el cuadrilátero. La carta que Oriol Junqueras mandó a la militancia el martes no gustó a los suyos y tuvo que enmendarla en una ejecutiva extraordinaria de cuatro horas y media, sin teléfonos móviles y a cara de perro. Junqueras dio explicaciones a medias ayer para calmar las aguas republicanas tras la debacle electoral y la renuncia de Pere Aragonès, primero, y de Marta Rovira, la secretaria general, después.
El todavía presidente —dejará de serlo el 10 de junio, tras los comicios europeos— reiteró que se ve con fuerzas para seguir liderando el partido si cuenta con «el aval explícito y renovado de la militancia» en el congreso del próximo noviembre. Las bases están divididas entre los críticos, partidarios de mantener la línea dura del procés, y la que, en principio, sería la parte mayoritaria, proclive a entenderse con las demás izquierdas.
En cualquier caso, la dirección de ERC cree llegado el momento de replantearse todo, personas y estrategias, y que las dos almas tradicionales del partido midan sus fuerzas y traten de alcanzar consensos en el cónclave de otoño. Hasta entonces, Junqueras dará un paso al lado y se dedicará a recorrer el territorio en un proceso de «reflexión y escucha activa», que en mucho se parece al paréntesis de cinco días llevado a cabo por Pedro Sánchez en plena campaña. «Necesito salir a la calle, hablar con tanta gente como sea posible, y la mejor manera de hacerlo es en una condición de igual a igual», señaló en una rueda de prensa en la que solo aceptó tres preguntas.
Junts y su Ejecutivo en minoría
Aunque Marta Rovira no se presentará a la reelección, la secretaria general y el coordinador nacional y presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, pilotarán la nave durante este tiempo, en el que están en juego la presidencia del Parlamento catalán y la investidura del próximo inquilino de la plaza de Sant Jaume. O, en su defecto, la repetición electoral. Sobre ellos recaerá la decisión de ERC.
Por si acaso, la fecha del congreso —30 de noviembre— es lo suficientemente lejana como para no coincidir con un posible retorno a las urnas. Un escenario que no teme el aspirante de Junts, Carles Puigdemont, que este jueves volvió a insistir en las posibilidades de un gobierno independentista en minoría con él a la cabeza. Aunque para ello necesita el sí de Esquerra y la abstención del PSC. «Tenemos una oportunidad y la agotaremos», aseguró el posconvergente, tras reunirse con todos sus parlamentarios en Argelès-Sur-Mer.
El posible bloqueo institucional preocupa a los empresarios. Tras el pronunciamiento de la patronal Foment del Treball el mismo lunes, ayer el Cercle d’Economia reclamó «coraje» para alcanzar mayorías «sólidas y estables», y evitar así la repetición electoral. Según su presidente, Jaume Guardiola, es necesario «salir del bloque y pactar con fuerzas que tienen horizontes políticos legítimos y, en algunos aspectos, confrontados».