Puigdemont rivaliza con Illa para ser investido
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Aragonès dimite y la debilitada ERC intenta quitarse hasta las europeas la presión de ser llave
14 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Carles Puigdemont no renunció a sus ambiciones políticas tras huir del país para evitar la acción de la Justicia, así que no resulta extraño que tampoco las olvide tras perder las elecciones otra vez. El candidato de Junts anunció desde Argelès-sur-Mer, en Francia, que se presentará a la investidura, aunque su partido obtuvo 35 diputados en las elecciones catalanas del domingo, siete menos que el PSC de Salvador Illa.
Aunque el independentismo perdió la mayoría absoluta en el Parlamento tras caer de 74 a 61 escaños, Puigdemont quiere encabezar un «gobierno de coherencia soberanista», con apoyo de ERC, con el que dijo que hay contactos, pero no un marco de negociación. Tendrían 55 actas —59 si sumasen a la CUP— cuando la Cámara tiene 135 parlamentarios y la mayoría está en 68.
El Ejecutivo sería muy inestable, y de hecho sería necesaria la abstención del PSC para que Puigdemont fuese investido. Pero el candidato de Junts consideró que sería «una mayoría coherente, más amplia que la que puede formar el candidato socialista». Su teoría es que Esquerra no apoyará al PSC, lo que obligaría a los socialistas a sumar el apoyo del PP —posibilidad descartada por los populares— y lograr al menos la abstención de Vox para investir a Salvador Illa.
El líder independentista señaló la legitimidad de su plan diciendo que Pedro Sánchez pactó con distintos partidos —entre otros con Junts— para ser investido presidente, aunque el candidato del PP, Alberto Núñez Feijoo, ganó las elecciones generales.
La estabilidad de Sánchez
Puigdemont también descartó una alianza con el PSC para garantizar su investidura. Aseguró además que, en caso de que se cerrase un pacto PSC-ERC-Comuns, que permitiría gobernar a Illa, no amenazarían la estabilidad de Sánchez. Pero sí advirtió que no se entendería que el PSC se apoyase «por activa en el PP y por pasiva en Vox».
La decisión de Puigdemont de optar a la investidura, ligada a su propia carrera política, le pone en rumbo de colisión con el PSC. Illa anunció ya en la noche electoral del domingo que intentará la investidura. La portavoz de los socialistas catalanes, Núria Parlon, señaló que su prioridad es pactar un tripartito con ERC y Comuns-Sumar, que reunirían los 68 escaños justos de la mayoría absoluta. Parlon aseguró que mantendrán esa línea aunque Puigdemont «nos amenace con bloquear la gobernabilidad en España». Además, subrayó que no darán su apoyo a la investidura del candidato de Junts: «La ciudadanía ha hablado claro y el independentismo no tiene una mayoría legítima» para reclamar el Gobierno.
La posición de Ferraz
Aunque el PP no descarta que Sánchez llegue a «sacrificar» a Illa para garantizar su estabilidad, Ferraz cierra por el momento filas con el PSC. La portavoz del PSOE, Esther Peña, afirmó que «el Gobierno de Cataluña se decidirá en Cataluña, ni en Madrid ni en ningún otro sitio, con los resultados que el pueblo catalán ha puesto sobre la mesa decidirán y Salvador Illa tiene toda nuestra confianza para pilotar este proceso».
Los socialistas están convencidos de que ERC será «determinante» en las negociaciones para la investidura de Illa, y Peña dijo que ambos partidos comparten «muchas soluciones y recetas».
Una ERC debilitada tras perder el domingo 13 de sus 33 escaños y el liderazgo del nacionalismo tiene la llave del Gobierno. Su candidato, Pere Aragonès, presidente en funciones de la Generalitat, anunció su renuncia a recoger el acta parlamentaria y a continuar en primera línea política.
Sobre la postura de Esquerra, Aragonès afirmó que su partido será un «elemento de desbloqueo» y estará en «la oposición». Consideró que son PSC y Junts los que deben «entenderse y gestionar la situación». Preguntado por esas palabras, añadió que «oposición es oposición», que su partido no estará para «facilitar una investidura del PSC» y tampoco para participar en «operaciones que necesitan del acuerdo de Junts y PSC».
Aunque esas declaraciones alejan la posibilidad de un tripartito, los socialistas afirman que aún queda tiempo para hablar con Esquerra. Además, las palabras de Aragonès también parecen orientadas a quitar presión a su partido, que afronta en plena debilidad las elecciones europeas del 9 de junio. Sería una sorpresa que se anunciase un pacto en Cataluña antes de esa fecha. Pero al día siguiente habrá movimientos. El 10 de junio acaba el plazo para constituir el Parlamento de Cataluña. Ese día se elegirá la composición de la Mesa y al presidente de esa institución, que tendrá un papel clave porque marcará el ritmo de las consultas a los grupos y nombrará al candidato a la investidura. Por lo tanto, la persona elegida será un indicio de cuán avanzadas están las negociaciones.
El otros socio de un posible tripartito, Comuns-Sumar, sí es partidario de esa operación. El parlamentario David Cid consideró que «un Gobierno de coalición de izquierdas» es la única vía para dotar a Cataluña de un Ejecutivo fuerte, y añadió que su partido será «determinante» para formar una mayoría de izquierdas. Los comunes perdieron el domingo dos de sus ocho actas en el Parlamento catalán.
El escenario nacional
Más allá de la complicada gobernabilidad de Cataluña, los resultados el 12M han servido para reforzar las posiciones de los dos principales partidos. Los socialistas consideran que el bajón de los independentista avala su política de pactos con esos partidos y la ley de amnistía. El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero dijo que las urnas han dado «la razón» a quienes consideran que esa medida refuerza «la Constitución, la democracia y nos hace mejor como país».
El PP, que pasó de tres a 15 escaños y se afianzó como cuarta fuerza parlamentaria por delante de Vox, considera que su partido ha dado «un paso de gigante para que se dé el cambio político que España necesita». Su portavoz, Borja Sémper, consideró que «Sánchez solo crece en Cataluña a costa de fagocitar a los partidos de izquierda y a los partidos independentistas».
«El perdón tiene un efecto sanador [...] El Gobierno de Cataluña se decidirá en Cataluña»
«Hay opciones para una investidura más amplia que la que puede formar el candidato socialista»