La colonia gallega, expectante para que no vuelva la «guerra de bandeiras»
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La influyente comunidad de emigrantes, con más de 20 entidades en Cataluña, espera que los comicios refuercen una convivencia que se agrietó en el 2017
12 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El martes, Alfonso Rueda visitó el histórico Centro Gallego de Barcelona, fundado en 1892 y ubicado en la señorial Casa Joan Güell, en plena Rambla Caputxins. Al acto acudieron socios y directivos de distintas asociaciones de emigrantes. Son el testimonio de una colonia muy numerosa y con gran influencia en la vida económica y cultural de Cataluña.
Ese martes se habló de la campaña y de política, con el recuerdo todavía vivo de lo ocurrido en el 2017, cuando el intento unilateral de declarar la independencia crispó la sociedad catalana. Incluso el centro tuvo problemas para mantener las banderas gallega y española en la fachada.Fueron días, reconocen varios de los asistentes, de discusiones familiares y ruptura de amistades. De ahí que los directivos y asociados sean muy prudentes a la hora de hablar de política. Algunos comentarios dejaron claro que los independentistas tienen mucho que mejorar en esa franja de electorado, pero el mensaje común, más que de crítica hacia unos u otros, es la esperanza de «que non volva a guerra de bandeiras».
La postura de las directivas la expresa de forma nítida Álvaro Voces González, de la Escola de Gaitas e Danzas Galegas Toxos e Xestas, fundada en 1977 por iniciativa de Xosé Lois Foxo. Voces, que emigró a Galicia desde el Bierzo en 1975, explica que los centros están «para todos os galegos», y subraya que «cada un vota a quen quere». Su deseo es que la convivencia que se ha ido recuperando se consolide, aunque reconoce que será más fácil «dependendo de quen gane».
El presidente de Airiños da Nosa Terra, el ferrolano Xosé Canosa Branco, también apuesta por la convivencia: «Co noso sangue galego, formamos parte dunha Cataluña que tamén é nosa». La entidad que dirige en Santa Coloma de Gramanet lleva la teoría a la práctica. Sus actividades mezclan ambas culturas. Incluso levantan un castell —una columna humana— al ritmo de la gaita y la gralla, un instrumento tradicional catalán. Desde su cumbre, despliegan banderas de Galicia y Cataluña.
Su Día das Letras Galegas también es distinto e incluyen homenajes mutuos con otras culturas. La fiesta de este año incluirá una actuación de la influyente pianista japonesa Yoko Suzuki, que tocará acompañada de una gaita.
Xosé Carlos García González, que llegó en 1976 y procede de Touro, dirige Xuntanza de Catalunya. Afirma que son unas elecciones «bastante máis tranquilas», equivalentes a «unha volta á casilla de saída», alejadas del clima de «enfrontamento» anterior. García destaca la vitalidad de la comunidad gallega y elogia la cooperación de todos los gobiernos de la Xunta. Cree que los centros gallegos deben transformarse y ser «creadores de contido cultural», porque con los modernos medios de transporte y comunicación, perderán su sentido si se centran en la «morriña».
Airiños da Nosa Terra expondrá en Santa Coloma caricaturas de Siro a partir del 25 de mayo y donará un gran grabado del artista al centro Cibo de la localidad. Hace poco inauguraron un mojón del Camino de Santiago en Santa Coloma, con el indicador «1.202 kilómetros». Estos días, la escuela Danzas y Xestas muestra en su sede del Carrer del Bronze una extensa exposición de gaitas de la Diputación de Ourense. Ayer, su banda de gaitas actuó en Lérida.
La banda de Xuntanza de Catalunya ha actuado en el desfile de San Patricio en Nueva York y les felicitaron en el concurso Got Talent. Xosé Carlos García señala que el San Froilán que organizan fue considerado por la anterior alcaldesa, Ada Colau, una de las fiestas más importante solo por detrás de la Mercè, patrona de la ciudad.
Esos son solo algunos ejemplos de la poderosa actividad cultural que despliegan las entidades gallegas en Cataluña, donde trabajan seis empresas distribuidoras de productos gallegos que en algunos casos llegan a los mil clientes. La influencia de la comunidad se hizo evidente en diciembre del 2022, cuando se estrenó en el Gran Teatre del Liceu el espectáculo «Unha xeración. Dos mundos», que llenó ese simbólico espacio. En ese homenaje al papel de los emigrantes colaboraron 20 entidades y, recuerda, Xosé Carlos García, más de 350 jóvenes, lo que da una idea de la implicación de las nuevas generaciones.