Ignacio Garriga, un ultraconservador en pleno crecimiento
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En los últimos dos años se ha consolidado como el número dos de Abascal después de que su candidatura superara en escaños al PP en las últimas elecciones autonómicas
12 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Vox se adjudicó en las últimas elecciones catalanas un hito: superar en escaños al PP. Lo logró en el Parlamento catalán, con 11 representantes. Los populares tocaron fondo con solo tres. Desde entonces, pocas figuras se han visto más reforzadas como la de su cabeza de lista, Ignacio Garriga (San Cugat del Vallés, Barcelona, 1987). Todo su crecimiento en la estructura de Vox es proporcional al de Javier Ortega Smith. Garriga fue su relevo como secretario general en el 2022 y, dos años después, quedó como único vicepresidente. De este último escalafón se bajaron, entre otros, el propio Ortega Smith y el eurodiputado Jorge Buxadé, impulsor de Garriga. Y es que ambos representan a un sector de Vox, el ultraconservador, que se ha impuesto al liberal.
Vox mostró, al igual que en otras comunidades como Murcia y las Baleares, grietas en su cohesión. El parlamentario catalán Antonio Gallego, que fue el número dos en los últimos comicios, pasó a ser diputado no adscrito por «desavenencias acumuladas» y porque, según denunció, lo usaron como «un diputado de usar y tirar». Además, otra compañera de bancada de Garriga, Isabel Lázaro, denunció a la Oficina Antifraude al secretario general de Vox por cargar a la cuenta del Grupo Parlamentario gastos del colegio de sus hijos o en una librería vinculada al Opus Dei.
En plena campaña, y con Santiago Abascal dándole cobertura, buscó defender su posición frente al Partido Popular y distanciarse del partido xenófobo e independentista Aliança Catalana. «Solo nos une el diagnóstico sobre el incremento de la inseguridad y el hecho de que la inmigración ilegal está desbordada», apuntó Garriga, con un marcado discurso antimigratorio pese a sus orígenes de Guinea Ecuatorial. La imposibilidad de Vox de acometer pactos en el Parlamento tras las elecciones da vía libre a Garriga para cambiar las siglas del PSC por «partido separatista de Cataluña» y para acusar al PP de «constitucionalistas cobardes».