«¿Zona segura? No hay ningún lugar seguro en Gaza»
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El 70 % de los edificios en la Franja están destruidos, según un informe de la ONU
08 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Siete meses de guerra después, Israel lanzó el martes su esperada invasión de Rafah. Un ataque que a ojos de Tel Aviv forma parte del plan para acabar con Hamás pero que, para los gazatíes, supone el principio del más que probable último capítulo de sus vidas. «Es cuestión de tiempo. Toda Rafah será invadida. Existe un temor generalizado de que algunas zonas sean bombardeadas repentinamente sin avisos previos de evacuación», cuenta a la cadena Al Yazira Saleem, un hombre que utiliza ese seudónimo por miedo a que las Fuerzas de Defensa de Israel den con él.
La Franja es un infierno para quienes todavía habitan en ella. La designación como «zona segura» de Rafah llevó a que un millón y medio de personas se desplazara hasta allí por temor al fuego israelí, cuyo Ejército viene siendo cuestionado desde el inicio de la guerra por la ONU y diversas oenegés por presuntos crímenes de guerra, desde ejecuciones sumarias a violaciones y torturas. Ahora, Tel Aviv los llama a desplazarse a Al Mawasi, a unos 20 kilómetros de Rafah, y a la zona costera de Deir al Balah. Pero los palestinos, agotados, no tienen esperanza de sobrevivir. «¿Zona segura? No hay ningún lugar seguro aquí», dijo a Efe Mona al Shij Ahmad.
Las rutas para desplazarse son peligrosas. No solo porque el Ejército israelí bombardea sin control el área, sino porque la concentración de gente en sus calles ralentiza la marcha de muchas personas que pueden quedar atrapadas en la zona sur de Gaza y, por tanto, se arriesgan a que las maten.
En Gaza, la mayoría de la población es refugiada. La primera expulsión forzada que experimentaron fue en 1948, durante la Nakba, el éxodo de 750.000 palestinos de Israel a Cisjordania y el enclave costero. En esta guerra, según la ONU, se desplazó internamente el 80 % de la población. Algunos, varias veces. Rabee Gharableh dijo a la CNN que era el séptimo desplazamiento de su familia. «La situación es muy difícil... Salimos con miedo, ya que las casas de civiles, personas que conocemos, estaban siendo atacadas», afirmó.
Un gran número de palestinos encontrará sus hogares hechos añicos. Un informe de la ONU señala que el 70 % de los edificios de Gaza han sido destruidos, además del 60 % de las instalaciones sanitarias y el 72 % de las escuelas. «No nos queda otra. Tenemos que volver a Jan Yunis, de donde soy, y dormir en los escombros. No podemos quedarnos en Rafah», indica un doctor bajo condición de anonimato. «Estoy cargando toda mi vida aquí. Mi familia está dividida en siete lugares. Siento que es el final de la vida. No puedo pensar más. Dejé atrás 59 años de vida, todos mis recuerdos, las fotografías de mis hijos, el contrato de mi casa», agrega por su parte Faisal, citado por la CNN.
Pero además queda el hambre. Con el control parcial de Rafah, las Fuerzas de Defensa de Israel ahora pueden mantener un bloqueo absoluto de la ayuda humanitaria en los pasos de Rafah y Kerem Shalom. El control absoluto de la comida, con alrededor del 80 % de las personas de la Franja en riesgo de hambruna, es total. La desesperación ya ha llevado a muchos a ahogarse en el Mediterráneo tratando de sacar ayuda humanitaria que países como EE.UU. y Jordania lanzan desde el aire. «La capacidad de las familias para afrontar la situación ha sido destrozada. Las familias están psicológica y físicamente colgando de un hilo», advierten desde Unicef.
Las acampadas a favor de Palestina se extienden por España y otros campus europeos
La acampada a favor de Palestina en la Universidad de Valencia (UV), una de las primeras en España en seguir el ejemplo de las universidades de Estados Unidos, cumplió el martes su novena jornada de reivindicación con el apoyo de un centenar de personas. Y poco a poco se han ido sumado a esta movilización otros campus en el País Vasco, Navarra, Cataluña y Madrid. Los organizadores de la acampada valenciana se mostraron satisfechos por haber logrado «sembrar la llama» entre otros estudiantes para exigir el cese de las relaciones con Israel por la guerra en Gaza.
En la Universidad Complutense de Madrid (UCM) fueron 200 los estudiantes que se concentraron el martes, al grito de «desde el río hasta el mar, Palestina vencerá». Según los portavoces de la Asamblea estudiantil, una acampada indefinida «es el único medio» para ser escuchados.
Pero la llama no solo se extiende por España, sino por toda Europa. Decenas de estudiantes acampan en Cambridge y Oxford, en el Reino Unido; manifestantes propalestinos ocuparon el patio de la Universidad Libre de Berlín; en la Universidad Libre de Ámsterdam 125 personas fueron detenidas durante el desalojo de otra concentración; llegaron también las protestas a la Universidad belga de Gante, y en Suiza los estudiantes de Ginebra y Zúrich también se han unido al movimiento por Palestina.