Lia Kali, de su ingreso en un centro psiquiátrico con 14 años al desafío de la pandemia: «A mí la música me ha salvado la vida»
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La artista, que visita «El Hormiguero», empezó su carrera con una banda tributo a Amy Winehouse y fue concursante de «La Voz». Encontró en la composición propia de canciones la forma de superar sus experiencias más dolorosas
06 may 2024 . Actualizado a las 19:30 h.La artista catalana Lia Kali, natural de Barcelona, es difícil de clasificar. Con un estilo que hunde sus raíces en la música de las grandes divas afroamericanas que han llegado a su vida a través de su pasión por Amy Winehouse, su música se nutre de todo tipo de influencias para formar un todo ecléctico con pinceladas de rap, reggae, jazz o música urbana en su conjunto. Esta noche, esta cantante emergente, desconocida para muchos, acude a El Hormiguero, al mismo tiempo que lanza su nuevo tema, Qué te debo.
Con 14 años, esta barcelonesa pasó unos días en la Unidad de Crisis de Adolescentes de Sant Boi de Llobregat. Una experiencia que marcó su vida y que da título a uno de sus temas, UCA, correspondiente a las iniciales de ese servicio. La cantante reconoció que, aún después de tanto tiempo, todavía le cuesta hablar de ese momento vital, que tuvo que experimentar por error ante un cúmulo de circunstancias. Todo comenzó como consecuencia de «una bronca» que habían tenido en casa y que llevó a su ingreso en un centro psiquiátrico, «un sitio con barrotes, cámaras, parecía una cárcel».
«La psiquiatra estaba de vacaciones y a mí me estuvieron medicando sin diagnóstico y a punto de atarme a la cama», reconoció en varias entrevistas, «me costó mucho escribir el tema; contando cómo me drogaron y me maltrataron». Pero, además de como terapia para sanar aquella dura vivencia, la canción también le sirvió para denunciar la situación y, de paso, lanzar una dura reprimenda hasta este tipo de gestión de ciertas conductas de la juventud: «Está claro que aquí como se trata la salud mental es callando, durmiendo, maltratando y torturando a esos chavales que lo único que necesitan es un abrazo».
Con esa «hostia gorda» que se llevó al descubrir que en el mundo, y más cerca de lo que ella pensaba, existían este tipo de centros, decidió comenzar Lia Kali su primer disco de estudio, Contra todo pronóstico, que supone un viaje desde esa oscuridad inicial, que marcó su adolescencia, hacia la luz, conseguida a través de sus canciones. «A mí, la música me ha salvado la vida», reconoce Lia Kali, que asegura que cuando escribe lo hace «siempre por necesidad personal».
La pasión de la barcelonesa por la música vino de la mano de una de las más recientes artistas trágicas, Amy Winehouse. Con unos amigos, Lia Kali comenzó a hacer covers y de ahí surgió una banda tributo a la cantante londinense con la que descubrió el poder terapéutico de las canciones para expresar y curar el dolor. «Fue maravilloso darme cuenta de que con la música podía liberarme de todo aquello y que además a la gente le gustaba», comenta.
En esos primeros pasos, cuando todavía no sabía hacia donde quería dirigir su carrera, la catalana decidió dar un paso más, y se presentó al programa de Telecinco La Voz, interpretando con mucha personalidad en los directos una versión particular del Roxanne de The Police que dejó perplejos a los cuatro miembros del jurado. Pero ahí, sin embargo, se dio cuenta de que ese no era el camino que quería seguir. «Incluía tener que firmar con una multinacional cuyo contrato tenía una letra pequeña muy abusiva», le contó a Mondo Sonoro, «me di cuenta de que, aunque fuese más difícil y lento, era mejor ser dueña de mi música y mi carrera».
Eso fue en el 2019. Y solo un año después, sería el propio mundo el que la haría parar, reflexionar y buscar su camino. La pandemia de coronavirus y sus confinamientos y restricciones supuso un nuevo desafío significativo para Lia. Su salida, como siempre, vino de la mano de la música. Esos meses difíciles, le dieron el impulso definitivo para lanzarse a escribir y componer sus propias canciones, utilizando sus propias experiencias y aprovechando la oportunidad para autodescubrirse y curar sus heridas.
En el neosoul procedente del estilo de Amy Winehouse en el que había comenzado puso las primeras piedras de una sensibilidad artística que pronto se iría nutriendo de todo tipo de estilos. Música urbana, jazz, soul, reggae, flamenco y rap, con una especial base de música de origen afroamericano, a través de todas las grandes divas de la música negra de hace décadas.
Y con la base de ese eclecticismo, fue lanzando sus primeros sencillos en los años 2022 y 2023, que encandilaron al público y acabarían siendo los ingredientes necesarios para armar su primer y único disco hasta el momento, Contra todo pronóstico, lanzado a finales del 2023.
Las redes sociales habían supuesto el trampolín de su carrera, que pronto empezó a despuntar y a hacerse algo tangible, con colaboraciones con artistas tan en liza como Rels B, Fernando Costa o SFDK y actuaciones en festivales, como el Viña Rock, o en países como Colombia, México o Estados Unidos.
Esta misma noche, prácticamente en el mismo momento en el que estará en El Hormiguero con Pablo Motos, lanza precisamente un nuevo tema, Qué te debo, en el que, casi seguro, volverá a hacer eso que tan bien se le da: transformar todas las emociones negativas que la inundan muchas veces en música. «A mí me nutre mucho todo lo que he vivido lógicamente y tiro mucho de ello y creo que es un motor increíble el dolor, la rabia, la venganza…», reconoce