Venecia experimenta con el cobro de una entrada para regular el exceso de turismo

Valentina saini VENECIA / E. LA VOZ

ACTUALIDAD

Numerosos turistas se concentran en los puntos de acceso del casco histórico de Venecia
Numerosos turistas se concentran en los puntos de acceso del casco histórico de Venecia ANDREA MEROLA | EFE

«Pido disculpas por las molestias, pero tenemos el deber y la tarea de preservar la ciudad para las próximas generaciones», defiende el alcalde, Luigi Brugnaro

26 abr 2024 . Actualizado a las 09:19 h.

Cada año por Carnaval, y luego en primavera y durante el verano, Venecia es asaltada por multitudes de turistas de todo el mundo: lo que es una bendición para los restaurantes, cafés y tiendas de una de las ciudades más visitadas del mundo, es un problema para muchos vecinos venecianos, para quienes se vuelve difícil desplazarse, hacer la compra, sentarse en una terraza, vivir el día a día. Y justamente para frenar el exceso de turismo, el Ayuntamiento ha puesto en marcha una medida inédita en Italia: el cobro de una entrada para acceder al casco antiguo. «Nunca se ha hecho nada para regular el turismo, la política no lo hace porque no le interesa hacerlo. Yo lo he hecho», dijo el alcalde de Venecia, el centrista de derechas Luigi Brugnaro, un exempresario de éxito conocido por su estilo directo.

Básicamente, desde ayer hasta el 5 de mayo, y durante todos los fines de semana hasta el 14 de julio, habrá que tener reserva para admirar la plaza de San Marcos o hacerse una foto desde el puente de Rialto. Quienes vivan fuera de las fronteras del Véneto (la región de la que Venecia es capital) tendrán que pagar cinco euros (excepto si se visita la ciudad entre las 16.00 y las 08.30 horas). Según dijo ayer el alcalde a los medios: «Pido disculpas por las molestias, pero tenemos que hacer algo. Tenemos el deber y la tarea de preservar la ciudad para las próximas generaciones. El miedo al cambio es legítimo, pero si el miedo lo bloquea todo, no hay futuro».

Para explicar a los turistas internacionales las razones de la medida, que calificó de «experimentación», Brugnaro recurrió incluso a la tecnología más avanzada, con un vídeo en el que fue «doblado» en inglés por la inteligencia artificial para asegurarse de lograr una pronunciación perfecta.

Se ha creado el portal específico https://cda.ve.it/ y se han colocado puestos de venta y de control en muchas zonas de la ciudad, pero no todos los turistas tendrán que pagar el billete. Los que se alojen en uno de los hoteles y pensiones de Venecia estarán exentos, porque ya pagan la tasa turística aparte del precio de la habitación. Según los medios italianos, de las 100.000 personas que registraron su presencia en Venecia ayer, día de San Marcos, el patrón de la ciudad, unas ocho mil pagaron la entrada. También hubo una manifestación de protesta cerca de la estación de trenes con unos 300 activistas de izquierdas contrarios a la entrada y a la turistificación de Venecia.

En las redes, los vecinos de la ciudad están divididos: los hay que aprueban la disposición impulsada por el alcalde y alaban su ingenio, y los hay que la critican sin rodeos, calificándola de «inútil» o de «intento de recaudar dos duros». Algunos piensan que cinco euros es un precio insuficiente, otros hablan de una «experiencia dramática».

En realidad, parece bastante legítimo dudar de la eficacia de la entrada. Quizá anime a alojarse en Venecia a algunos de los muchos turistas que visitan la ciudad a diario sin dormir en ella, optando por alojarse en ciudades cercanas pero menos caras como Padua o Vicenza, o incluso en otra región. Sin embargo, es poco probable que la entrada influya en las causas profundas de la turistificación de Venecia, cuyo centro histórico sigue perdiendo residentes: cada vez más vecinos la dejan, sobre todo por los altos precios de las viviendas y de la vida en general.