Garamendi: «Cuando hay tres ofertas de empleo y alguien no las acepta, hay que plantearse lo que debe hacer el Estado»

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XOÁN REY. | EFE

El presidente de la CEOE abre la puerta a la suspensión de los subsidios a los parados cuando de forma reiterada rechacen un puesto de trabajo

04 abr 2024 . Actualizado a las 13:27 h.

El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, aprovechó este miércoles un encuentro que mantuvo en Santiago con varios empresarios en presencia de la conselleira de Promoción do Emprego en funciones, Elena Rivo, para hablar del déficit de formación y del «problema de actitud» que, en su opinión, afecta al mercado de trabajo afecta al mercado de trabajo cuando los parados rechazan de manera consecutivas las ofertas de empleo que le llegan.

«Cuando hay tres ofertas seguidas de empleo y alguien no las acepta, habrá que plantearse muy seriamente lo que tiene que hacer el Estado», manifestó Garamendi, que instantes antes se preguntó retóricamente como es posible que España tenga casi un 13 % de paro cuando hay empleo. «Es algo que hay que plantearse muy seriamente», abundó el presidente de la patronal, que si bien aclaró que no se trata de dejar de ayudar a quien lo necesita, aunque sí abrió la puerta a la suspensión de los subsidios públicos que puede recibir un desempleado cuando rechace de forma reiterada ofertas de trabajo.

Es más, Garamendi puso de relieve que este asunto ya fue trasladado a algunos sindicatos para analizar las medidas a tomar, e incluso citó a Pepe Álvarez, secretario general de UGT, como interlocutor. «Son temas que va a haber que revisar», insistió.

En su intervención, el presidente de los empresarios también se quejó de que España sea «campeona mundial de la subida de impuestos» y de que el 60 % del incremento de la presión fiscal recaiga en las empresas.

De igual modo, expresó su preocupación por la «polarización» de la política española, a la que considera en gran medida responsable de la pérdida de confianza ante los inversores. Y es que Garamendi arguyó que la inversión extranjera es un buen termómetro para medir la confianza, y lo cierto es que cayó un 25 % el último año. Es algo que atribuyó a múltiples factures, aunque «la inestabilidad política está en la cabeza de todos», dijo, junto a la inseguridad jurídica, la inestabilidad regulatoria y la baja calidad de algunas normas «que no sabemos lo que significan».