Los republicanos de EE.UU. confían en recuperar el control del Senado en las presidenciales
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De no hacerlo, los demócratas podrían acabar con el «filibuster»
20 mar 2024 . Actualizado a las 20:34 h.El Senado de Estados Unidos, que durante este mandato ha visto cómo se reducen sus miembros de perfil más moderado, podría estar a punto de cambiar de manos. Bajo control demócrata desde el 2021, la Cámara Alta parece encaminarse ahora a caer del lado republicano en las elecciones de noviembre. De no hacerlo, los demócratas podrían intentar llevar a cabo una reforma para acabar con una de las principales herramientas de bloqueo parlamentario de la democracia estadounidense: el filibuster.
El potencial cambio de manos estará precedido por una cascada de retiradas entre los políticos de perfil más centrista de la Cámara. Esta semana era la senadora independiente por Arizona, Kyrsten Sinema, la que anunciaba que no se presentará a la reelección en noviembre. Sinema, una de las responsables de la negociación de la propuesta bipartidista de reforma migratoria que Trump hundió hace solo unas semanas, se une así a la desbandada de los senadores partidarios del consenso.
Otro de los que se retiran, el republicano Mitt Romney de Utah, culpaba de la desaparición del centro político en EE.UU. a la polarización. Según Romney, las bases de los partidos ya no quieren miembros capaces de lograr consenso, sino «individuos que pelean». Así, en un contexto electoral, «lo último que quieres decir es que vas a trabajar por el consenso. Es el beso de la muerte», afirmaba.
Las encuestas apuntan a que los demócratas tendrán dificultades para mantener el control del Senado. Hoy, en la Cámara Alta, los progresistas tienen 49 escaños, más dos de independientes que votan con ellos, el de Sinema y el de Bernie Sanders. Una ventaja escueta de 51 senadores frente a 49. En ese contexto, al menos uno de los escaños demócratas, el del también saliente Joe Manchin, de Virginia Occidental, está, de acuerdo con el Cook Report, condenado a terminar en manos republicanas. Pero es que, además, al menos siete de los senadores demócratas afrontan carreras complicadas en noviembre. Frente a ellos, del lado republicano, solo hay dos escaños en disputa: el de Ted Cruz en Texas y el de Rick Scott en Florida. En ambos casos, según el Cook Report, los republicanos tienen todo a favor para mantenerlos.
Si los pronósticos no se cumpliesen, y los demócratas mantuvieran la mayoría, la salida de Sinema y Manchin podría permitirles acabar con una de las prácticas defendidas por los dos senadores independientes y que mayor impacto tienen sobre la gobernabilidad del país: el filibuster. Esta práctica permite que un senador, hablando durante horas —el récord lo ostenta el republicano de Carolina del Sur Strom Thurmond, que en 1957 firmó una intervención de 24 horas y 18 minutos— retrase o bloquee la aprobación de cualquier propuesta gracias a una regla que exige una mayoría de 60 senadores para forzar el fin de las intervenciones durante el proceso legislativo.
Pacto en el Congreso
Los líderes demócratas y republicanos del Congreso de EE.UU. anunciaron ayer un acuerdo para financiar el Gobierno durante el resto del año fiscal, y evitar así que la Administración cierre parcialmente al quedarse sin fondos el viernes a medianoche.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, y el líder demócrata de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, revelaron el acuerdo el martes a primera hora.