Científicos encuentran una conexión entre la colonización y un descenso del dióxido de carbono
15 mar 2024 . Actualizado a las 09:53 h.La historia del clima de la Tierra es, sobre todo, inestable. Siempre en constante cambio. A veces incluso con algún episodio catastrófico. El principal responsable de que sea un relato tan convulso tiene forma de gas y se llama dióxido de carbono. Cada vez que aumenta y disminuye su concentración en la atmósfera se producen grandes alteraciones climáticas. El calentamiento global que provoca hoy este gas de efecto invernadero debido a la actividad humana se suma a otros del pasado.
La prestigiosa revista Nature Communications acaba de aportar nueva evidencia sobre cómo el ser humano puede influir en la composición de la atmósfera accediendo a un famoso capítulo ocurrido en el siglo XVI: la colonización de América.
Cuando los europeos cruzaron el Atlántico impulsados por los vientos alisios y llegaron al Nuevo Mundo llevaron consigo enfermedades como la viruela, el sarampión y la peste. Las epidemias diezmaron de manera muy notable las poblaciones indígenas. Se estima que fallecieron unas cincuenta millones de personas. Proporcionalmente al número de habitantes esta fue la peor pandemia de todos los tiempos. Como consecuencia, las actividades agrícolas se redujeron y los bosques volvieron a expandirse. El crecimiento de la vegetación empezó a retirar dióxido de carbono.
Los autores del artículo retrocedieron hasta ese momento a través de burbujas de aire en un pedazo de hielo de la Antártida occidental de 651 metros de profundidad que aportan datos sobre la composición atmosférica en ese instante.
El equipo midió los niveles de dióxido de carbono y metano durante el período de 234 años comprendido entre 1454 y 1688 y vio que el CO2 disminuyó gradualmente entre 1516 y 1670 en alrededor de 0,5 partes por millón (ppm) por década. «Resulta realmente aleccionador confirmar que la única vez en la historia que nuestra actividad humana disminuyó en lugar de aumentar el CO2 se debió a las pérdidas devastadoras asociadas con la colonización de las Américas», explica Thomas Bauska, científico del British Antártida Survey (BAS) y coautor del artículo.
Esta investigación aporta nuevas pruebas que refuerzan la conocida como Hipótesis Ruddiman. El paleoclimatólogo William F. Ruddiman de la Universidad de Virginia sostiene que las tres grandes pandemias conocidas: la Plaga de Justiniano, la Peste Negra y la Pandemia Americana provocaron un descenso de la temperatura global por la misma razón. Cada vez que una enfermedad provoca la muerte de millones de personas, la naturaleza toma el control y retira dióxido de carbono.