Pedro Sánchez reafirma su apoyo a la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental: «Se ha planteado sobre unas bases realistas»

Carlos Peralta
C. Peralta REDACCIÓN / LA VOZ

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El jefe del Ejecutivo trasladó al Gobierno marroquí que está «todo listo» para abrir la aduana comercial de Ceuta y reabrir la de Melilla, pero que al país africano le quedan aún cuestiones por resolver

21 feb 2024 . Actualizado a las 21:35 h.

Pedro Sánchez reafirmó este miércoles en Rabat, la capital marroquí, que apoya la propuesta de autonomía de Marruecos para el Sáhara Occidental. El jefe del Ejecutivo reafirmó su «compromiso con la solución que ha planteado, sobre una base realista, el Gobierno de Marruecos». En febrero del año pasado, Sánchez y 11 ministros de su Gobierno participaron en una reunión de alto nivel con el Ejecutivo marroquí. De esa cumbre surgió una declaración conjunta que, un año más tarde, para Sánchez «está en vigor y se van a cumplir todos y cada uno de los puntos».

El presidente del Gobierno tuvo este miércoles una agenda repartida entre el Congreso y Rabat, con una escala previa en la base militar de Torrejón de Ardoz. Ya en Marruecos, se reunió con el primer ministro del país, Aziz Ajanuch, y posteriormente con el rey Mohamed VI. Sánchez contará con una nueva imagen con el monarca, después de que, en su anterior visita en febrero del 2023, este se ausentara al encontrarse de vacaciones en Gabón. El encuentro, que duró unos 40 minutos, le sirvió al jefe del Ejecutivo para confirmar el «excelente estado» de las relaciones bilaterales. Mohamed VI le agradeció al presidente del Gobierno su «nueva postura constructiva e importante».

Sánchez insistió en el compromiso de ambos Estados en hacer valer la llamada hoja de ruta que pactaron ambos en el 2022. Un acuerdo que incluía la apertura de una aduana comercial en Ceuta y la reapertura de la de Melilla. Sánchez asegura que ha informado a Marruecos de que, por parte de su Gobierno, «está todo listo». Sin embargo, añade que al Gobierno marroquí aún le quedan cuestiones por resolver.

El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, acompañó al presidente. En diciembre, él mismo se citó con su homólogo en suelo marroquí. La visita de este miércoles, anunciada por la Moncloa con un día de antelación, se sucede una semana después de que Argelia, un país muy contrario a que Marruecos controle el Sáhara Occidental, cancelara su encuentro con Albares doce horas antes de llevarse a cabo. España ha mostrado reiterados esfuerzos en reconducir la relación diplomática de Marruecos desde el desencuentro del 2021, cuando el Gobierno aceptó darle atención médica al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.

El asesinato por parte de presuntos narcotraficantes, de dos guardias civiles en Barbate (Cádiz) tras ser arrollados en el mar por una narcolancha es un suceso que, irremediablemente, ha puesto el foco en el constante tránsito de tráfico de drogas en el Estrecho. Sánchez afirmó que, en materias como la lucha contra la droga o la política migratoria, cuentan con «unas relaciones extraordinariamente positivas» con Marruecos. También reivindicó el plan de desarrollo de su Gobierno en el Campo de Gibraltar basado en dos premisas: «Recursos económicos» y un «aumento muy importante» de la «presencia de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado».

Las cifras de llegadas de migrantes por la ruta Canaria, tiene también en alerta al Gobierno. De ahí que Marruecos, foco menor en comparación con otros, sea una de las primeras paradas del jefe del Ejecutivo. El ministerio del Interior informó de que, gracias a la cooperación con países del noroeste de África se evitó que 27.000 migrantes iniciaran esta dura travesía. De hecho, Sánchez estuvo el día 8 de febrero en Mauritania con el presidente de un país que sí registra grandes cifras de salidas de cayucos desde el segundo semestre del 2023. El jefe del Ejecutivo acudió a esta reunión acompañado de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.

La crisis diplomática que se convirtió en una tragedia migratoria

El 18 de abril del 2021, el Gobierno de España accedió a que el líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, recibiera atención médica en un hospital de Logroño. Una decisión que, además de previsiblemente costarle el puesto de ministra de Exteriores a Arancha González Laya, antecesora de Albares, desencadenó una crisis diplomática en la que la presión migratoria sirve de arma arrojadiza.

Ni un mes después, cerca de 8.000 migrantes (1.500 eran menores) trataron de cruzar a nado hasta Ceuta por los espigones de dos playas de la ciudad autónoma. España devolvió, según el Ministerio del Interior, a 4.000 de estos migrantes e incluso desplegó unidades del Ejército de Tierra para atajar una situación similar. Mientras tanto, Marruecos llama a consultas a su embajador en España.

Ya en marzo del 2022, Sánchez envía una carta de cuyo contenido se reafirmó ayer en Rabat. En ella, afirma que España considera «realista» la iniciativa de autonomía sobre el Sáhara Occidental que Marruecos planteó en el 2007. Semanas después, Sánchez se reúne con Mohamed VI y cierran la llamada hoja de ruta y se emplazan a acometer una reunión de alto nivel, que tuvo lugar en febrero del año pasado. A esta cita, además de Sánchez, acudieron 11 ministros del anterior Gobierno. Era, hasta ayer, la penúltima acción para rebajar la tensión con el país que la Moncloa considera un socio estratégico.