El ultimátum de Israel: invadirá Rafah en el Ramadán si Hamás no libera a los rehenes

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

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Varios gazatíes, con sacos de harina que consiguieron de un camión de ayuda humanitaria.
Varios gazatíes, con sacos de harina que consiguieron de un camión de ayuda humanitaria. STRINGER | REUTERS

Catar acusa a Netanyahu de alargar la guerra para mantenerse en el poder

21 feb 2024 . Actualizado a las 22:16 h.

Benjamin Netanyahu ha vuelto a abandonar, por enésima vez, las negociaciones con Hamás para un alto el fuego en la Franja de Gaza. Según explicó el lunes, las demandas del grupo yihadista eran «delirantes», pero su gabinete de guerra se ha mantenido firme y ha lanzado un ultimátum. «Si para el Ramadán nuestros rehenes no están en casa, los combates continuarán hasta el área de Rafah», dijo el ministro Benny Gantz.

La fecha límite es el 10 de marzo. No importa que Rafah sea el último refugio para 1,5 millones de gazatíes que ya no pueden viajar más al sur (la frontera con Egipto está cerrada). No importan las presiones internacionales para que se detengan las hostilidades y aumente el flujo de ayuda humanitaria. Lo único que frenará el avance inexorable de Israel es la liberación —sin condiciones ni atenuantes— de los 134 cautivos que aún siguen en manos de Hamás, de los que se calcula que 31 ya están muertos.

«La esencia de nuestra política para liberar a los rehenes es una fuerte presión militar y una negociación muy dura. Así liberamos ya a 122 de ellos, y así haremos hasta liberarlos a todos», sentenció Netanyahu, después de haber rechazado el domingo un plan de Estados Unidos y varios países árabes para crear un Estado palestino.

Catar, uno de los principales mediadores entre Tel Aviv y los yihadistas, acusó al dirigente israelí de intentar «encallar y prolongar la guerra por razones que se han vuelto obvias para todos». Se refería a que, mientras se mantenga el conflicto y un régimen militar en Israel, Netanyahu no tendrá que enfrentarse a sus desafíos políticos personales, cuando una gran parte del país pide elecciones anticipadas.

Al mismo tiempo, Washington, que hasta hace unas semanas siempre había tendido su mano al Estado judío, ha rechazado apoyar una incursión en Rafah si no existe un plan concreto para proteger a los civiles. Una hoja de ruta que Tel Aviv todavía no ha compartido, mientras los muertos en la Franja superan los 29.000.

Ocupación «ilegal»

Riad Mansour, representante palestino ante la ONU, compareció ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya. Al diplomático se le rompía la voz mientras pedía al tribunal que confirme como «ilegal» la presencia de colonos israelíes en territorios palestinos ocupados.

Israel aseveró, sin embargo, que no reconoce la legitimidad del debate, que Netanyahu calificó como «una medida para dañar el derecho de Israel a defenderse contra amenazas existenciales».

Entretanto, la crisis entre Tel Aviv y Brasilia se ha acentuado. Después de que el presidente Lula da Silva comparase Gaza con el Holocausto y a Netanyahu con Adolf Hitler, Israel lo declaró ayer persona no grata. «No perdonaremos ni olvidaremos», declaró el ministro de Exteriores Israel Katz. En respuesta, Brasil convocó al embajador israelí para una reprimenda, y retiró al suyo de Tel Aviv.