Putin asciende al subdirector de prisiones tras la muerte de Navalni

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

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Una joven deposita flores en el monumento a las víctimas de represión política, en San Petersburgo.
Una joven deposita flores en el monumento a las víctimas de represión política, en San Petersburgo. STRINGER | REUTERS

La madre y la viuda del opositor siguen exigiendo la entrega de su cadáver

20 feb 2024 . Actualizado a las 21:50 h.

Tres días después de la muerte del opositor ruso Alexéi Navalni en una cárcel del Ártico, Vladimir Putin ascendió al subjefe de los servicios penitenciarios del país (FSIN).

«El subdirector del FSIN, Valeri Boyárinov, fue ascendido a coronel general de los servicios de Interior», denunció ayer el equipo de Navalni en Telegram. «Es un claro premio de Putin por las torturas que Boyárinov coordinó personalmente —añadieron—. Las torturas a Alexéi, las restricciones a sus cuentas para que no comprase comida y el resto de castigos fueron ordenados personalmente por él».

Mientras tanto, la madre y la viuda del opositor seguían exigiendo la entrega de su cadáver. «Me dirijo a usted, Vladimir Putin. La solución de este asunto solo depende de usted. ¡Déjeme ver de una vez por todas a mi hijo!», reclama Ludmila Navalnaya, de 69 años, en un vídeo colgado por el equipo del político en YouTube y X. La mujer grita ante la prisión Lobo Polar, en la ciudad ártica de Jarp, donde el viernes pasado murió repentinamente el opositor.

En pie de guerra

Yulia Navalnaya, la viuda del opositor, se sumó a los llamamientos de Ludmila y fue incluso más lejos. Culpó directamente a Putin de ordenar el asesinato de su marido, algo que el portavoz de la Presidencia rusa calificó como «infundado» y «grosero».

«Me importa un bledo cómo el secretario de prensa del asesino comente mis palabras. Devolved el cuerpo de Alexéi y dejad que sea enterrado dignamente, no impidáis que la gente se despida de él», tuiteó Navalnaya. La red social X acababa de restablecer su cuenta, después de una breve suspensión.

A varios miles de kilómetros, en Roma, el vicepresidente del Gobierno italiano y líder del partido ultraderechista Liga, Matteo Salvini, negó cualquier vínculo con Putin. Su agrupación acababa de ser abucheada durante un homenaje a Navalni en la plaza del Campidoglio.

«Todos los rumores sobre vínculos con Rusia o financiaciones inexistentes han sido archivados. Los propios jueces han declarado que no sucedió nada», se defendió Salvini. «Las críticas izquierdistas contra la Liga se dan todos los días. Nosotros nos manifestamos para pedir claridad», añadió.

Escarmientos internacionales

Embajadores rusos de todas partes siguen siendo convocados, en busca de explicaciones. Este martes fue el turno del de Polonia y el de Bélgica, así como del representante de Moscú ante la UE.

Paralelamente, Francia pedía una investigación sobre lo sucedido y Estados Unidos anticipaba «un gran paquete de sanciones» contra Rusia que será anunciado el viernes. La Casa Blanca, sostuvo que el objetivo será «responsabilizar» al Kremlin por la muerte de Navalni y castigar a Putin, por la guerra en Ucrania.

Lejos de dar un paso atrás, el Ministerio de Interior ruso subió la apuesta y declaró a Oleg Navalni, hermano del político, en busca y captura. Aunque en estos momentos está fuera del país, su nombre volvió a aparecer en la base de datos de personas perseguidas por la ley sin especificar de qué se le acusa.

Oleg, de 40 años, ya había sido buscado en enero del 2022, por participar en manifestaciones a favor de su hermano pese a las restricciones por el covid. Anteriormente, en el 2014, lo habían condenado a tres años y medio de libertad condicional, junto a Alexéi, por supuestamente estafar a la compañía Yves Rocher.

De hecho, cuando Rusia encarceló a Navalni fue por incumplir los términos de esa condena y no informar de su ubicación cuando estuvo ingresado en Alemania, después de que intentasen envenenarlo.