La caída de un saco con mil kilos de plásticos mató a los dos trabajadores en A Cañiza
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Los fallecidos son una mujer de 42 años y un hombre de 50 que trabajaban en la empresa dedicada a procesar tapones de plástico para molerlo; un compañero que recorría la zona de la tragedia durante un descanso los encontró muertos
17 feb 2024 . Actualizado a las 22:19 h.Dos personas han muerto esta madrugada en un accidente laboral ocurrido en una planta de reciclaje de plásticos de A Cañiza. Se trata de Mónica Martínez Míguez, de 42 años, y de Alberto Raña Pérez, de 50, que no sobrevivieron a la caída de un saco con 1.000 kilos de pélets sobre ellos. La empresa se llama Reciclados Plásticos A Cañiza y entre otros cometidos procesa tapones de plástico para molerlo; el producto obtenido se traslada a Córdoba, donde se encuentra la central de la firma.
Pero más allá del trabajo que se realiza en esta planta, lo ocurrido en la madrugada de este sábado ha dejado consternado a la población de A Cañiza. Ambos fallecidos eran padres y vecinos de la villa: "Gente muy conocida, vecinos queridos y esto no nos lo creemos todavía", explica el alcalde, Luis Piña, que ha decretado dos días (hoy y mañana) de luto.
Los servicios de emergencia recibieron un aviso pasadas las dos de la madrugada y enviaron al lugar una ambulancia asistencial y a personal sanitario del PAC de Cañiza, aunque los dos afectados murieron allí mismo. Según explicó a Efe el 112 Galicia, fue un compañero de los trabajadores el que alertó del suceso; en la llamada, reconoció no saber muy bien qué había ocurrido, pues él se encontraba en otra zona de la planta y no había visto el accidente. Según su relato, los dos compañeros se encontraban debajo de sacos de plástico derretido y de gran peso, y ya en la primera llamada indicó que intuía que ambas personas estaban muertas porque no las veía moverse.
El 112 avisó al GES de Ponteareas y el de Ribadavia, a los bomberos de Baixo Miño, que finalmente no acudieron porque los dos primeros servicios de emergencias confirmaron que disponían de medios para liberar a las víctimas, la Guardia Civil y los servicios médicos, así como al Grupo de Intervención Psicológica en Catástrofes y Emergencias.