El conocido comunicador anuncia su regreso a las pantallas en su blog de Lecturas. Estará al frente de Supervivientes 2024 junto a Sandra Barneda, Carlos Sobera y Laura Madrueño: «Después de veintiún años trepidantes vuelvo a la casilla de salida»
15 feb 2024 . Actualizado a las 08:23 h.Regresa, según apunta él mismo citando al escritor uruguayo Mario Benedetti, «con buen talante y buena gana». Y lo hace tras un sonado fracaso televisivo. Tras la cancelación de Sálvame el pasado mes de junio, longevo programa rosa que se mantuvo en emisión durante 14 años, Jorge Javier Vázquez estrenaba en septiembre Cuentos chinos, un espacio de entrevistas que fue anulado de forma fulminante después de solo tres semanas en antena. «Volver me producía inquietud», indica a raíz de la grabación de una promo en los estudios de Telecinco del que será su próximo espacio en prime time, la nueva edición de Supervivientes. «Tuve que hacerlo y fue mucho mejor de lo esperado, cuánta energía derrochamos imaginando situaciones que jamás llegan a producirse», añade.
El comunicador se confiesa en su blog de la revista Lecturas este 14 de febrero. Desvela los malos momentos que ha pasado, recordando especialmente uno. Habla con especial inquina del daño que le hizo, hace exactamente un año, que un medio digital anunciase su despido de Mediaset. Básicamente porque no fue cierto. Su contrato se mantuvo en vigor (lo hará hasta finales de julio del 2025) como presentador de la plantilla a la espera de asignación de formato, como lo fue en su día precisamente Cuentos chinos. Se expresa textualmente así: «Con el tiempo descubrí que El Confidencial fue el medio escogido para intoxicar. ¿Ha rectificado El Confidencial? No. ¿Está cabreado por haber sido utilizado? No lo sé. ¿Se la suda? Me gustaría saberlo».
Una indemnización millonaria que nunca se produjo
En la reciente publicación de Jorge Javier también hay espacio para la ironía. Dadas las altas cifras del contrato que el presentador de Badalona maneja, «soñaba con el despido y la correspondiente indemnización: "Este montoncito para aquí, este montoncito para allá"». En su imaginación, le hubiera gustado aceptar la invitación de David Broncano para ir a La Resistencia. «Hasta tenía ensayada mi respuesta para cuando me preguntara cuánto dinero tenía en el banco: "Con lo del despido, más que todos los que se han sentado aquí"». Y cierra finalmente su crítica al medio de comunicación: «Jamás le perdonaré a El Confidencial que jugara con mis ilusiones. Jamás».
Sin camerino pero con los mismos compañeros
Jorge Javier retorna a la que fue su casa durante 21 años. Así, se reencontró con el plató de Sálvame, hoy ocupado por TardeAr, «el viernes instalaron ahí el set para hacer las fotos, no tuve escapatoria». Y además de coincidir en esa sesión promocional de Supervivientes 2024 con los otros presentadores, que serán Laura Madrueño, Carlos Sobera y Sandra Barneda; hubo tiempo para recorrer los pasillos y para reconciliarse incluso con aquellos a los que había «bloqueado en WhatsApp». Aunque hay reencuentros que no se producirán, como el de la estrella televisiva con su camerino. «No. No. No vayas al tuyo porque ya no es el tuyo». Aunque normalmente, apunta Vázquez, se cambiaban tanto él como sus contertulias en la sastrería que había enfrente del plató de Sálvame («me he cansado de ver a Mila y Anabel Pantoja en bragas y ellas a mí en calzoncillos»), a raíz de la pandemia se le adjudicó el camerino número 4. En todo caso le resta importancia a la cuestión: «Hace ocho meses y medio que no tengo programa en las instalaciones de Mediaset. ¿Qué pretendía? ¿Que me guardaran ausencia?».
El popular presentador termina acordándose de aquellos que en la nueva etapa abierta en el grupo de comunicación al que se reincorpora «ya no están». Quizás sea una alusión velada a Paolo Vasile, quien dejó de ser consejero delegado de la empresa en los últimos tiempos. Y ojo, porque volver al curro, es para todos igual y en eso parece que la sensación de una estrella televisiva no dista mucho de la de cualquier otro trabajador: «Vuelvo porque tengo un contrato que cumplir hasta finales de julio de 2025, vuelvo sabiendo que mañana puede que alguien, o yo mismo, no quiera volver».