El fenómeno se produce por la acción del potente anticiclón
25 ene 2024 . Actualizado a las 21:35 h.El trágico accidente de Ciudad Real recuerda mucho al que ocurrió el 16 de julio del 2014 en el tramo de la Autovía del Cantábrico entre Mondoñedo y Lindín. Aquel siniestro provocó una víctima mortal. El responsable es el mismo y se llama niebla de radiación.
Desde hace unos días un potente anticiclón abraza la Península. Esta configuración favorece que haya altas presiones sobre la superficie. El aire se mueve de arriba hacia abajo e inhibe, por ejemplo, la formación de nubes. Esto explica el cielo tan despejado.
Por el día, la fuente de calor procede de la radiación solar. La energía de la estrella permita que suben las temperaturas máximas. Actualmente, incluso un poco más de lo habitual.
Sin embargo, por la noche la fuente de calor ya no es el astro rey, sino la propia Tierra. Nuestro planeta, como cualquier objeto del universo, emite energía hacia el espacio exterior en forma de radiación infrarroja, invisible al ojo humano. Así, durante una noche estrellada, el calor escapa por completo y las mínimas descienden notablemente, produciendo heladas. Si por el contrario hay nubes, las temperaturas son más altas. El vapor de agua, un gas de efecto invernadero, bloquea parte de esa radiación y la devuelve a la superficie terrestre.
Pero en una situación en la que domina un anticiclón de forma tan contundente como ahora y el viento sopla muy flojo también puede formarse un tipo de niebla muy densa. Como las altas presiones bloquean el aire que está en contacto con el suelo, a medida que transcurre la madrugada el aire se va a enfriando cada vez más. Y a un aire frío siempre le cuesta más retener la humedad que a uno cálido.
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Por ello, llega un momento de la noche en el que el aire está tan gélido que condensa, formando la niebla de radiación. Aparecen sobre todo en el interior, lejos de cualquier fuente marítima que suaviza el ambiente. En la costa también se forman, pero su origen tiene que ver con la temperatura del agua. Son las llamadas nieblas de advección, habituales en las Rías Baixas y también la costa de A Coruña.
Las nieblas de radiación suele disiparse a medida que avanza el día, pero este miércoles la influencia del anticiclón resulta tan intensa y el viento sopla tan suave que el aire permanecen estancado. En algunas zonas de España no ha conseguido levantar todavía.