Milei mide fuerzas con todos los frentes opositores para sacar adelante su megadecreto

Cecilia Valdez BUENOS AIRES / E. LA VOZ

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Manifestantes apoyan la huelga de Buenos Aires frente al Consulado argentino, en Santiago de Chile.
Manifestantes apoyan la huelga de Buenos Aires frente al Consulado argentino, en Santiago de Chile. Adriana Thomasa | EFE

La aprobación se ha retrasado al menos una semana por el descontento de los gobernadores provinciales y un escándalo: circulan rumores de que el texto se reescribió después de ser ratificado en el plenario de las comisiones de trabajo

26 ene 2024 . Actualizado a las 04:46 h.

Los ecos de la masiva movilización del miércoles todavía se oyen en las calles de Argentina. También se discute el número de manifestantes que secundaron la huelga nacional convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT), y a la que se adhirieron una importante cantidad de organizaciones de todo tipo, pero también ciudadanos de a pie que no participaban bajo el paraguas de ninguna agrupación. Como sea, a todos los une el descontento con las medidas que el Gobierno de Javier Milei quiere implementar a través de un mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU, similar a un decreto ley español) y una ley ómnibus, que estos días se discuten en el Congreso y que proponen una completa reforma del Estado.

Pero más allá de los números, queda ver ahora qué harán tanto el Gobierno como los legisladores con semejante demostración de fuerza en la calle. Sin ir más lejos, uno de los dos oradores del acto que tuvo lugar frente al Congreso, el dirigente sindical del gremio de la Sanidad, Héctor Daer, les pidió a los diputados que no se hagan los distraídos con lo que se está discutiendo: «Desregulan la economía con el DNU, pero esencialmente van a destruir los derechos individuales y colectivos de los trabajadores, y los sindicatos y la acción gremial». Pero Daer no solo instó a los legisladores a rechazar las medidas: «Actúen de acuerdo al mandato popular, no estén en la oscuridad recibiendo mandatos», sostuvo.

El sindicalista se refiere a la principal discusión de estos días en Argentina —motivo de la huelga y la movilización—, y a la enorme polémica que suscitan las negociaciones contra reloj entre los distintos bloques parlamentarios.

La aprobación se retrasa

Varios frentes le complican al actual Gobierno el tratamiento de la ley en la Cámara de Diputados, ya que, si bien el oficialismo contaba con su aprobación esta misma semana, al menos dos temas han hecho que se postergue la sesión para la semana que viene. Uno es el descontento de los gobernadores provinciales por no haber respetado los términos de la negociación, fundamentalmente en lo que refiere a los impuestos a las exportaciones, las privatizaciones y las jubilaciones; y el otro es el escándalo del dictamen de mayoría en el plenario de las comisiones de trabajo. Si bien el dictamen fue firmado en la madrugada del miércoles por 55 diputados de bloques aliados, todavía se desconoce el texto definitivo, y circulan versiones —confirmadas por algunos congresistas— de reuniones por fuera de la Cámara para reescribirlo. Una de ellas tuvo lugar en la casa del diputado libertario Cristian Caram, y dio lugar a un fuerte cruce entre el representante nacional de Juntos por el Cambio (el partido de Mauricio Macri y Patricia Bullrich), Miguel Ángel Pichetto, y Federico Sturzenegger, autor de la letra original de la ley y representante del oficialismo, pero que no cuenta con ningún cargo. La situación, de confirmarse, pone en riesgo el tratamiento de la ley y podría derivar en acciones legales.

Aun así, y mientras el Gobierno se desespera por conseguir los números que necesita para sacar adelante la ley, no solo la calle le complica el panorama. El mismo día de la huelga, el bloque de senadores kirchneristas de Unión por la Patria (UP) pidió una sesión especial para intentar frenar el megadecreto.