Podemos cumple una década: de su punto álgido con 71 escaños a unos últimos meses que «no han sido fáciles»
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La formación morada cumple diez años y defiende su papel para acabar con el bipartidismo. «Tenemos el objetivo de que Podemos sea aún más útil a España», remarca Irene Montero
17 ene 2024 . Actualizado a las 15:00 h.Podemos ha reivindicado la vigencia de su proyecto en su décimo aniversario de la irrupción en la esfera política, admitiendo que los últimos meses «no han sido fáciles», y ha agradecido a su militancia defender al partido con «uñas y dientes».
La formación morada ha difundido en redes un vídeo, bajo el lema de que son el partido de los que no miran para otro lado, en el que defienden su papel clave para acabar con el «bipartidismo», sus logros cuando formó parte del Gobierno de coalición y proclaman que mantiene intacta su vocación de seguir impulsando transformaciones en el país.
La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, señala en esa pieza audiovisual que son conscientes que vienen del espíritu del 15M y de la «indignación» que les llevó a «inundar las calles» para decir «no a los recortes que tantísimo dolor le causaba a la gente».
También la exministra y número dos del partido, Irene Montero, ha desgranado todo lo conseguido por el partido y admite que los últimos meses no han sido fáciles para Podemos y que han tenido que tomar «decisiones muy difíciles», adoptadas desde la «brújula» de su militancia.
«Tenemos el objetivo de que Podemos sea aún más útil a España en la próxima década de lo que lo hemos sido estos diez años. Y os queremos dar las gracias porque habéis defendido esta herramienta política con uñas y dientes», ha proclamado.
«Con las razones y esperanzas intactas»
Belarra y Montero ha subrayado que con los inscritos van a seguir «marcando el paso» y seguir «transformando el país». «Con las razones y la esperanza intactas sabemos que sí se puede. Hoy, más Podemos que nunca», enfatizan en ese vídeo.
Fuentes de la formación han destacado que Podemos logró «implosionar» el sistema bipartidista en España e impulsar «políticas más transformadoras» desde el Gobierno y el Congreso. Y entre ellas cita la Ley Trans, la Ley de Vivienda, la subida del salario mínimo o el impulso del Ingreso Mínimo Vital entre otras.
También destacan que el partido ha denunciado la corrupción política y ha sufrido «innumerables ataques desde el poder mediático y judicial», con decenas de casos de lawfare que han sido finalmente archivados por los tribunales.
«Podemos pretende seguir siendo una herramienta útil para los ciudadanos de nuestro país y para ello cuenta con su militancia, que es la que marca el rumbo de la organización. De la mano de los inscritos, Podemos afronta esta nueva etapa con la vocación intacta para seguir transformando y logrando mejoras para las vidas», subrayan desde el partido.
Apuesta por las europeas y ruptura con Sumar
La efeméride del aniversario de Podemos llega marcada por el choque con Sumar tras su voto en contra a la reforma del subsidio de desempleo y su apuesta por las elecciones europeas para tratar de rearmarse.
Además, el partido intenta recomponer su estructura territorial, debilitada tras el varapalo de las últimas elecciones autonómicas, y con malas perspectivas de cara a los comicios en Galicia, a tenor de las encuestas difundidas.
Desde su presentación en la esfera pública el 17 de enero del 2014 en el Teatro del Barrio, en el barrio madrileño de Lavapiés, la situación del partido dista mucho de su pujanza inicial, al calor de los efectos del 15M, cuando fue la sorpresa en las europeas de ese año al cosechar cinco escaños con su exlíder Pablo Iglesias y su discurso de impugnación de la política bipartidista.
El momento álgido de Podemos fue en el 2015 cuando cosechó cinco millones de votos, que le reportaron primero 69 escaños en el Congreso y 71 en la repetición electoral de ese año, esta vez en alianza con IU. Además, fue clave al promover las candidaturas de unidad popular que lograron los denominados ayuntamientos del cambio en Madrid, Barcelona, Cádiz, Zaragoza, A Coruña, Ferrol o Santiago.
Las disputas internas llevaron a que la mayoría de los cofundadores del partido ya no formen parte del partido y incluso algunos de sus miembros destacados que estuvieron en sus filas forman parte ahora de Sumar, como es el caso del ministro Pablo Bustinduy.
Y es que el proyecto que lidera la vicepresidenta Yolanda Díaz, a la que Iglesias propuso como cartel electoral cuando abandonó el Gobierno, ostenta ahora el papel principal a la izquierda del PSOE, con presencia en el Ejecutivo de coalición y una confluencia donde están implicadas en su despliegue Más Madrid, IU y En Comú Podem, además de la alianza electoral con formaciones regionalistas como Compromís.
Podemos experimentó su primer declive electoral en las autonómicas del 2019 y también tuvo un fuerte retroceso en las generales que, no obstante, le permitió entrar en el Gobierno de coalición con PSOE.
Tras la marcha de Iglesias de la política en el 2021, la bicefalia que se intentó articular con el liderazgo de Ione Belarra en el partido y Díaz como candidata no cuajó, dado que Díaz comenzó a dar pasos para armar Sumar con un largo episodio de recelos donde los morados veían perder su papel hegemónico en la izquierda alternativa.
Pese a los constantes desencuentros, Sumar y Podemos concurrieron juntos en las elecciones generales del 23J pero los morados decidieron abandonar el grupo parlamentario.
Reconversión: ser clave en el Congreso ante un Gobierno en minoría
Ahora, la situación para Podemos dista mucho de ese momento álgido del 2015 y el 2016 y, con cinco diputados en el Grupo Mixto fía su estrategia a convertirse en un actor clave durante la legislatura en el Congreso, una vez que ha dejado de ser fuerza de gobierno.
En su nueva hoja de ruta política los morados proclamaron su plena autonomía política, dejando claro que sus votos no se regalan y se negocian en el Congreso, y la dirección del partido proclamó que ya no estaban sujetos a la disciplina del Gobierno. De esta forma, su plan es ejercer una posición similar a la ERC, Bildu o BNG para influir desde sus escaños en un Ejecutivo con minoría parlamentaria.