Maduro pretende expulsar al único diputado comunista del Parlamento
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Óscar Figuera ya había sido vetado del partido por su nuevo presidente, Henry Parra, designado por el chavismo
16 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El Partido Comunista de Venezuela (PCV), el partido más antiguo del país que aún sigue operativo, es víctima de una maniobra judicial del régimen chavista para expulsar al único diputado que tienen en la en la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), elegida en el 2020 sin las mínimas condiciones democráticas. El Tribunal Supremo de Justicia al servicio de Nicolás Maduro ha optado por sustituir a la directiva del PCV por otra que es leal al presidente venezolano, estrategia que ya ha utilizado con otras formaciones políticas opositoras.
Óscar Figuera, secretario general del Partido Comunista, fue «expulsado» de su partido por el nuevo presidente del mismo, Henry Parra (designado por el Supremo) y ahora, con base en una ley aprobada en el 2013 contra los cambios de partido de los diputados, corre el riesgo de ser incluso expulsado del Parlamento, donde era una solitaria voz en contra de Maduro cuando le permitían participar en los debates.
Las relaciones entre el PCV, que fue aliado del chavismo hasta el 2020, y este, han sido tensas desde que en el 2007 Hugo Chávez propuso integrarlo al entonces naciente Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), a lo que la directiva de los comunistas siempre se negó.
Ruptura
Desde hace tres años, y alegando «desviaciones burguesas» y «políticas neoliberales» de Maduro, el PCV pasó de aliado incómodo a enemigo abierto de la «revolución bolivariana». «La cúpula del PSUV avanza en los preparativos para arrebatarle la diputación en la Asamblea Nacional al PCV», indicaron los comunistas en un comunicado publicado en redes sociales.
Prácticamente todos los partidos políticos de la oposición venezolana (o aquellos que en algún momento, como el PCV, migraron del chavismo a la oposición) han pasado por el mismo proceso: sus autoridades no son reconocidas por el Tribunal Supremo, que ha designado directivos que inmediatamente pasan a declarar su lealtad hacia el Gobierno, lo que ha creado un ecosistema de partidos completamente desvirtuado.