Efecto albedo, el mecanismo que transformó la Tierra en una bola de nieve

ACTUALIDAD

A la izquierda la imagen de la Tierra tomada por los astronautas del Apolo 17. A la derecha aspecto que tendría el planeta en el período Criogénico
A la izquierda la imagen de la Tierra tomada por los astronautas del Apolo 17. A la derecha aspecto que tendría el planeta en el período Criogénico NASA / Nature

Hace unos 700 millones de años el aspecto de nuestro planeta era muy diferente al de hoy

14 ene 2024 . Actualizado a las 09:39 h.

En 1972, los astronautas del Apolo 17 tomaron una fotografía de la Tierra que pasaría a la historia como La canica azul. Es el aspecto que proporcionan los océanos al planeta visto desde el espacio exterior. Un color que describe un mundo habitable ya que el agua líquida se asume como un indicador de la presencia de vida. Sin embargo, no siempre lució así. Si fuera posible retroceder en el tiempo unos 700 millones de años, la misma instantánea sería muy diferente. En lugar de un planeta azul se vería uno completamente blanco, cubierto por nieve.

Hace entre 720 y 635 millones de años tuvo lugar el período más gélido de la historia de la Tierra. El hielo casi llegó incluso a cubrir las regiones tropicales. La ciencia se refiere a este momento como Período Criogénico, pero también es conocido como «la bola de nieve» por el aspecto que presentaba el mundo. La congelación fue mucho peor que la última glaciación más reciente a la que sobrevivieron los humanos, que terminó hace aproximadamente 10,000 años.

Un estudio publicado por investigadores chinos en la revista Nature Communications reveló que en realidad debió de ser «una bola de aguanieve». El aporte más importante de este estudio sobre la llamada Edad de Hielo de Marinoan es que en algunas regiones oceánicas de las latitudes medias, donde hoy se encuentra Galicia, había zonas sin hielo que fueron un refugio. Este trabajo destaca que las causas del drástico cambio climático, como el de hoy, fueron una serie de variaciones en la atmósfera y también procesos de retroalimentación como los que suceden en el contexto actual de calentamiento.

Por entonces había una concentración más elevada de dióxido de carbono y metano, pero en algún momento empezaron a descender los niveles de estos gases de efecto invernadero y el clima comenzó a enfriarse de forma intensa.

Además, la acumulación del hielo activó un efecto de retroalimentación a escala mundial por el albedo, ya que la nieve rebota toda la radiación solar. De esta forma el blanco no tardaría en cubrir el planeta entero e impedir que la radiación solar calentase la superficie. Habría que esperar a una serie de erupciones volcánicas para que el calor derritiera el hielo.

Sobre el efecto del albedo, se acaba de publicar otra importante investigación en la revista Science que muestra una reducción del 35 % en el albedo en el Ártico durante los meses de verano entre el 2014 y el 2019. Este proceso es que el provoca que el polo norte sea la zona más vulnerable al calentamiento global. 

Volviendo a aquel pasado gélido, la etapa tuvo un papel vital en la evolución de la vida. Por entonces, los organismos eran unicelulares y las condiciones tan hostiles habrían obligado a que se unieran para sobrevivir. De alguna forma, los seres vivos que surgieron de aquel período sembraron la semilla para una forma de vida más compleja y pluricelular.