Lula llama a defender la democracia un año después de la intentona golpista

Héctor Estepa
Héctor Estepa RÍO DE JANEIRO / E. LA VOZ

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El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da silva.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da silva. Contacto / Bernd Elme | EUROPAPRESS

Inicia su segundo año de presidencia centrado en garantizar la gobernabilidad

09 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Brasil celebró ayer un acto en defensa de la democracia que supone, también, el pistoletazo de salida al segundo año de mandato de Lula da Silva después de un primer tramo en el que el desempeño económico ha sonreído al líder progresista, en medio de su pugna por obtener gobernabilidad en un Congreso dominado por el centro y la derecha. La cita tuvo lugar doce meses después del asalto a la sede de los tres poderes por parte de seguidores acérrimos del expresidente Jair Bolsonaro, que reclamaban una intervención militar contra el nuevo Gobierno progresista.

En Brasilia se congregaron los líderes del ejecutivo, el legislativo, el judicial y también de los máximos comandantes de las Fuerzas Armadas, con las que Lula ha intentado acercar posturas, pero hubo notables ausencias de gobernadores bolsonaristas.

«Hace un año, la democracia brasileña sufría una tentativa de golpe. Guiados por el odio, por la desinformación, terroristas invadieron el Congreso Nacional, el Supremo Tribunal Federal (STF) y el palacio de Planalto. Exhibieron su desprecio por la democracia que tardamos años en construir», señaló ayer Lula. Un día antes, había acusado a Bolsonaro, sin ofrecer pruebas, de estar detrás de lo sucedido. «Creo que hay un responsable directo que planeó todo esto y que cobardemente se escondió y se fue de Brasil antes de tiempo, y ese es el expresidente de la República», señaló en un documental publicado el domingo en el portal Metrópoles. La Justicia ya investiga al expresidente, inhabilitado políticamente durante los próximos ocho años por haberse valido de su puesto para sembrar dudas sobre el recuento electrónico de votos.

Lula ha logrado restaurar parte de las políticas sociales canceladas por su predecesor, como las ayudas directas a la población del programa Bolsa Familia, la llegada de médicos a regiones remotas y también la vivienda social.

La economía brasileña creció un 3 % en el 2023, superando las previsiones. Por el camino, se logró un superávit comercial récord desde que iniciaron los registros, hace 34 años, el desempleo cayó un punto y se contuvo la inflación en 4,6 puntos durante el año pasado. Hay un lunar en ese desempeño, y es un aumento del déficit público.

Persiste la polarización

La polarización, en cualquier caso, persiste, porque el debate se da, esencialmente, en temas sociales y buena parte de los seguidores de Bolsonaro cree que el desempeño económico se debe a las reformas del anterior gabinete. Lula cuenta con un 38 % de aprobación, mientras que un 30 % rechaza sus políticas y hay un 30 % que se define, asimismo, como neutral. Esa división asoma también en el Congreso. Lula ha logrado un cierto acceso a la gobernabilidad, pero le ha salido caro. El líder progresista ha introducido en su gabinete a políticos de derecha, en algunos casos sustituyendo a mujeres, lo que levantado las críticas de sus bases izquierdistas. También ha aumentado el presupuesto destinado a los diputados, una práctica muy criticada en la prensa y, por supuesto, ha moderado sus postulados.

Partía, eso sí, con mayor desventaja en el Legislativo que los presidentes Gustavo Petro, en Colombia, y Gabriel Boric, en Chile, y ha obtenido mayores apoyos que esos dos líderes, cuyas propuestas se estrellan reiteradamente ante los diputados. Sin duda alguna, Lula sabe cómo moverse en las aguas turbulentas del Congreso, pero tendrá que seguir navegando entre tempestades en el 2024.