El precio en lonja y el día de captura lo dirían todo del pescado que comemos
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Organismos europeos quieren informar al consumidor y ayudar al pescador
07 ene 2024 . Actualizado a las 10:18 h.Por supuesto que no los tan criticados sucedáneos vegetales que intentan imitarlo y se presentan como si lo fueran, pero el pescado de verdad, fresco, refrigerado, congelado o en conserva, probablemente no habrá faltado en la mayoría de hogares durante las fiestas que ahora acaban. Por ley, a granel o envasado, los productos del mar y de la acuicultura ya le ofrecen al consumidor abundante información sobre su origen y características. No toda, en opinión de los miembros de la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo (PECH) y del grupo de organizaciones de la sociedad civil del Comité Económico y Social Europeo (CESE). Con el objetivo de facilitar la compra y de ayudar a los pescadores, desde la Eurocámara proponen incluir en las etiquetas la fecha de captura y desde el CESE, el precio en la lonja al lado del de venta en tienda. Si las autoridades los escuchan, se cerraría el círculo para saber todo sobre el pescado que nos llevamos a la boca.
Pocos alimentos, si los hay, con tanta transparencia como la de los productos frescos de la pesca y la acuicultura. Deben venderse en cualquier lugar de España y de la Unión Europea con carteles que como mínimo indiquen el nombre comercial y el científico, la zona donde ha sido capturado o cultivado, si procede de la pesca extractiva o de la acuicultura, advertir si ha sido congelado previamente e incluir su fecha de caducidad. Por si fuese poco, en el mercado ya hay etiquetas con el día de venta en la lonja, que en algunos casos coincide con el de captura.
Un acuerdo de la Eurocámara
Más completa sería la información al consumidor si el acuerdo de los eurodiputados de Pesca, aprobado por 19 votos a favor y 5 abstenciones, lo secundase este mes el pleno de la Eurocámara, como probablemente sucederá. Quedaría que la Comisión Europea lo adoptase y, tras negociar con el Consejo Europeo, lo convirtiera en una norma de obligado cumplimiento.
Por una «mayor transparencia en beneficio de los consumidores y para permitirles tomar decisiones informadas», el objetivo es reformar la Organización Común de Mercados (OCM) para completar con el día de captura la etiqueta del pescado fresco, conservado o procesado, indicando también el tipo de arte con el que ha sido extraído. Y en el caso de conservas u otras presentaciones, el envase indicaría los ingredientes empleados, explicaban desde la Eurocámara. Un etiquetado «adecuado» para que la trazabilidad «sea más efectiva».
Aunque la posibilidad de que se convierta en norma parece más lejana, igualmente ambiciosa es una de las conclusiones y recomendaciones del encuentro con organizaciones de pescadores, agricultores, ganaderos, consumidores y autoridades gallegas y comunitarias organizado por el CESE en Santiago.
«Condiciones justas»
Constataron que pescadores, agricultores, ganaderos y consumidores «son el eslabón más débil de la cadena de suministro de alimentos». Convencidos de que «intermediarios y cadenas de supermercados obtienen la mayor parte de las ganancias» porque los productores «suelen tener poco poder de negociación», sugieren introducir reglas «para ayudar a garantizar que quienes se encuentran al comienzo de la cadena de producción reciban una remuneración justa».
Conseguir unas «condiciones justas para que el sector primario garantice la seguridad alimentaria» pasaría, por ejemplo, por la publicación de información sobre los costes en toda la cadena de valor, datos accesibles que podrían emplearse como una referencia precisa para los precios.
Centrándose en los consumidores, desde el CESE opinan que «se debe abordar la transparencia en el coste de los productos mediante un doble etiquetado que indique los precios en origen y en destino». Con el pescado permitiría saber cuanto se encarece desde la subasta en la lonja hasta la tienda.
«El atún vegetal no existe» aunque se venda con marcas que lo imitan
Por una «mayor transparencia en beneficio de los consumidores y para permitirles tomar decisiones informadas», los eurodiputados de Pesca también acordaron proponer a la Comisión que solo se pueda vender como pescado el de origen animal, vetando esa denominación a los sucedáneos, como los veganos.
Aseguran que Bruselas está al tanto de lo que la cadena mar-industria española tacha de fraude. Según la PECH, ha «identificado deficiencias en los requisitos de información al consumidor en algunos países». Por tanto, pide más investigaciones sobre «sustitutos e imágenes que podrían inducir erróneamente a la idea» de que podrían ser pescados.
Para que el nombre pescado «se utilice únicamente para productos de origen animal», emplazan a la Comisión a «revisar la legislación sobre etiquetado y presentación de productos de origen vegetal que imitan a los de la pesca y la acuicultura».
«Un avance fundamental», sostiene Izaskun Bilbao, eurodiputada del PNV y coordinadora del informe, aprobado por 19 votos a favor y 5 abstenciones. «Vamos a terminar con los etiquetados, denominaciones o marcas que atribuyen a productos vegetales o de otra naturaleza cualidades organolépticas o nutricionales exclusivas del mar», proclama para añadir «el atún vegetal no existe».
La resolución no legislativa la votará el pleno de la Eurocámara en una sesión de enero. Después decidirá la Comisión.