El plan B de Bruselas para regular la ayuda a Ucrania

La Voz REDACCIÓN

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Ursula von der Leyen y Alexander de Croo, el viernes en la rueda de prensa por el inicio de la presidencia belga en el Consejo de la UE.
Ursula von der Leyen y Alexander de Croo, el viernes en la rueda de prensa por el inicio de la presidencia belga en el Consejo de la UE. OLIVIER HOSLET | EFE

La Comisión Europea podría pedir préstamos de hasta 20.000 millones de euros en los mercados de capitales

06 ene 2024 . Actualizado a las 14:33 h.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, instó ayer a avanzar en todas las vías abiertas para «estabilizar urgentemente» la ayuda financiera a Ucrania —que no se pudo acordar en la última cumbre del 2023 por el bloqueo de Hungría—, ya sea convenciendo a Budapest o con un plan B que está ultimando Bruselas para sortear su veto.

Así se pronunció Von der Leyen en una rueda de prensa junto al primer ministro belga, Alexander de Croo, por el inicio de la presidencia de su país en el Consejo de la UE. De Croo tendrá poco margen para sacar adelante, entre otros asuntos, la revisión del presupuesto comunitario antes de que la maquinaria legislativa se detenga por las elecciones al Parlamento Europeo.

Von der Leyen subrayó que la prioridad sigue siendo convencer a Hungría para que levante su veto a la revisión de este presupuesto, que incluye un paquete de 50.000 millones de euros para Kiev, pero que en paralelo deben «preparar otras opciones» en el caso de que Budapest se enroque en su negativa.

Según publicó el Financial Times en diciembre, Bruselas prepara ya un plan en el que los Estados miembros emitirían garantías al presupuesto de la UE, para que la Comisión Europea pueda pedir préstamos de hasta 20.000 millones de euros en los mercados de capitales, que irán destinados a Kiev el próximo año. El esquema, similar al fondo SURE para la protección del empleo durante la pandemia, no necesitaría la unanimidad de los Veintisiete.

De Croo, por su parte, se mostró convencido de que será posible convencer a su homólogo húngaro, Viktor Orbán, para que levante su veto y no sea necesario buscar una solución sin Budapest. «En los últimos dos años hemos tenido más momentos de dudas, siempre horas antes de las cumbres y siempre hemos llegado a una solución», confió el belga.