El avión de los guardacostas de Japón no tenía permiso para entrar en la pista del aeropuerto de Tokio
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04 ene 2024 . Actualizado a las 09:23 h.El avión de la Guardia Costera de Japón que chocó con un avión comercial el martes en el aeropuerto tokiota de Haneda no tenía permiso para entrar en pista, según comunicaciones de control de vuelo publicadas por el Ministerio de Transporte nipón: «En la transcripción de las comunicaciones no había nada que pueda considerarse como un permiso para entrar en la pista», dijo Toshiyuki Onuma, subdirector general de la Oficina de Aviación Civil del Ministerio de Transporte, en declaraciones recogidas por la agencia local Kyodo y que recoge la agencia Efe. Cinco de los seis militares del Bombardier de los guardacostas murieron por el impacto del avión comercial, en el que iban 379 personas y que milagrosamente s salvaron la vida.
El capitán de la nave de los guardacostas, el único superviviente de los seis tripulantes que se encontraban en la misma, dijo sin embargo, que contaba con permiso de entrar en la pista y en otras declaraciones, habría indicado que tenía permiso para despegar. En los registros de comunicación entre los controladores aéreos y la compañía que operaba el vuelo comercial, Japan Airlines, tampoco había ninguna indicación sobre retrasar el aterrizaje, por lo que expertos apuntan a que es posible que ambas partes desconocieran la presencia de otra nave en la pista. Según detalló la cadena estatal NHK, el piloto de Japan Airlines dijo a su compañía que no pudo ver ningún avión mientras que se aproximaba a la pista y que había recibido el permiso de los controladores para aterrizar.
El Ministerio de Transporte, a través de su Comisión de Seguridad en el Transporte (JTSB), está investigando el accidente en el aeropuerto de Haneda, uno de los más transitados del país, después de que el vuelo comercial de JAL procedente de Sapporo (norte del país) colisionara el martes con el avión de los guardacostas.
Japan Airlines sostiene que el vuelo 516, procedente de Sapporo, procedió con el aterrizaje después de confirmar el procedimiento con la torre de control y sin que tuviese constancia de ningún contratiempo en pista, donde en realidad sí se encontraba una segunda aeronave de menor tamaño que había sido movilizada para las tareas de ayuda tras el terremoto que sacudió el país en Año Nuevo. Sin embargo, una fuente de la Guardia Costera afirma que su piloto había recibido luz verde para despegar.
Una evacuación en 15 minutos
Los auxiliares de vuelo siguieron su entrenamiento de seguridad y tardaron entre 10 y 15 minutos en sacar a todos los pasajeros de la nave, incluidos varios niños que estaban llorando. Algunos pasajeros han descrito cómo la tripulación les pidió que mantuvieran la calma, se quedaran en el sitio y cubrieran su nariz y boca para no inhalar el humo mientras que abrían las puertas de emergencia.
En algunos casos, se desplegaron las máscaras de oxígeno y algunos pasajeros comenzaron a gritar y a pedir que les dejaran salir, mientras que otros pedían que se escuchara a la tripulación y trasladaban las instrucciones de la misma a aquellos que estaban cerca.
Una vez se abrieron las salidas y se desplegó la pasarela de emergencia, los pasajeros pudieron salir y la tripulación pidió a los mismos que se alejaran de la nave y en cuestión de media hora la misma comenzó a arder con fuerza estallando las ventanas y puertas.