Omar Montes se compromete a comprarle una nueva silla de ruedas a Carlota, la niña con parálisis cerebral a la que se la robaron en Nochebuena
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La silla, valorada en 3.000 euros, estaba diseñada específicamente para la niña, de 14 años, con un material muy ligero
02 ene 2024 . Actualizado a las 17:52 h.La historia de Carlota, la niña de 14 años con parálisis cerebral a la que le robaron su silla de ruedas, especialmente diseñada para ella, durante la cena de Nochebuena en el domicilio de su abuela en Córdoba, ha sido uno de los episodios más lamentables de estas Navidades. La noticia corrió como la pólvora en los medios de comunicación y redes sociales, provocando una ola unánime de solidaridad e indignación a partes iguales.
Entre quienes se mostraron conmovidos por la denuncia de la familia está el cantante Omar Montes, que poco después de conocer este hecho, pidió por redes sociales ayuda para localizar a la familia y así pagarles una nueva silla de ruedas adaptada a las necesidades de la niña. «Por favor, ¿alguien podría ponerme en contacto con Carlota?», escribió en su cuenta de X —antiguo Twitter—, «me gustaría comprarle una silla de ruedas nueva».
Solo un día después, el artista confirmó que, gracias a la colaboración de los usuarios de las redes sociales, ya ha podido contactar con los padres de la niña para acordar una forma de hacerles llegar su ayuda. «Gracias a todos y todas por facilitarme el número; sois muy grandes», agradeció.
Un gesto que honra al cantante de Carabanchel y que puede aliviar el enorme desembolso, y también el largo tiempo necesario, que podría suponer para la pequeña y sus padres.
La silla en cuestión, valorada en unos 3.000 euros, había sido financiada completamente por el Servicio Andaluz de Salud hace apenas un año, y estaba diseñada específicamente para ella con un material muy ligero y pintada de un llamativo color morado.
De momento, se les había facilitado otra silla, pero mucho más pesada y no adaptada a Carlota, de modo que no le brinda la plena autonomía de la anterior. Fue la incertidumbre de la madre, Susana Jiménez, de poder encontrar un reemplazo en condiciones a corto plazo lo que le hizo compartir su angustia y denunciar el robo.
La silla de ruedas, al parecer, estaba aparcada debajo de las escaleras del portal del bloque de vecinos de la abuela de la niña, al que se accede después de atravesar un bonito patio de macetas, por lo que su visibilidad era nula desde el exterior, explicó a Efe su madre, que cree que lo más probable es que la desmontasen para venderla por piezas, ya que tal y como está «no sirve de nada».