Teka, la caída del gigante de los electrodomésticos que patrocinó a grandes equipos

Sara Cabrero
S. Cabrero REDACCIÓN / LA VOZ

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La empresa de electrodomésticos ha iniciado su desmantelamiento para hacer frente a los números rojos

26 dic 2023 . Actualizado a las 08:14 h.

Estuvo en lo más alto y ahora pelea con uñas y dientes para no caer en desgracia. El gigante de los electrodomésticos Teka afronta una situación económica complicada. Hace unas semanas, Santander y BBVA extendían dos nuevos créditos para permitir a la compañía afrontar sus necesidades de circulante, así como para ayudarla a contar con cierta liquidez con la que pagar a sus proveedores. Y no es la primera vez que las dos entidades tienen que salir al rescate de Teka. Tal y como publicó El Economista, en el mes de julio, la empresa tuvo que refinanciar su deuda por un importe de 96 millones de euros, una operación que tenía como objetivo extender los vencimientos hasta el año 2028. Con unos números rojos cada vez más gruesos, Teka ha empezado a buscar solución. Y no descarta ninguna posibilidad. De hecho, una de las que ya ha puesto sobre la mesa pasa por vender alguno de sus activos más jugosos, como la división de griferías o la de electrodomésticos. Esto, básicamente, supondría el desmantelamiento de una compañía que llegó a ser una de las grandes de su sector.

Teka fue la primera marca en patrocinar la camiseta de un equipo de fútbol español. Corría el año 1981, cuando su logo empezó a formar parte de la equipación del Racing de Santander. Pero fue solo el principio. Rápidamente se convirtió en un habitual en los uniformes de algunos de los equipos más grandes del deporte.

Rozando ya el siglo de historia, Teka afronta su momento más incierto. La empresa arrancó su camino en 1924 en Alemania, de la mano de Karl Thielmann. Pero con un modelo de negocio diferente al que conocemos hoy. Hasta 1936, año en el que vieron un filón en los electrodomésticos, se dedicaba a fabricar maquinaria agrícola. Tras varios cambios de manos, en los cincuenta entró como socio Helmut Klein, que sentó las bases de su crecimiento. En los sesenta iniciaron su expansión internacional y trasladaron su sede a España.Es cuando entra en escena Klaus Graf, un alemán que comienza en la firma como director financiero. Ya entrada la década de los 70, Graf apuesta fuerte y adquiere la mayoría del capital de la empresa para hacerse con el control. Y consigue llevarla a lo más alto. Es entonces cuando arranca la expansión hacia el resto del mundo, consiguiendo poner una pica en todos los continentes. Pero la etapa fulgurante empieza a apagarse justo en el 2014, año en el que Klaus fallece tras casi cinco décadas al frente del proyecto. Teka queda en manos de una comisión ejecutiva formada por la hija de Graf y Maximilian Brönner, vástago de uno de los principales accionistas. Los desencuentros entre ellos y una serie de malas decisiones acaban arrastrando a Teka a un pozo del que va a ser difícil salir.