Un caso de corrupción obliga al Gobierno de Japón a sustituir a cuatro ministros
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El Gobierno de Japón trata de salir a flote en medio de un escándalo de corrupción. El primer ministro Fumio Kishida superó ayer una moción de censura presentada en el Parlamento por el principal partido de la oposición, aunque ya anunció su intención de reemplazar a cuatro ministros por su supuesta vinculación con un escándalo de financiación irregular y cobros en negro.
Entre los cargos que probablemente caerán están los pesos pesados del Ejecutivo: el jefe de Gabinete, Hirokazu Matsuno; el ministro de Economía, Yasutoshi Nishimura; el titular de Interior, Junji Suzuki, y el de Agricultura, Ichiro Miyashita, además de cinco viceministros.
La Fiscalía investiga el origen de unos 500 millones de yenes (3,2 millones de euros) y si ese dinero se empleó en sobornar a miembros del partido que gobierna desde la época del anterior primer ministro, Shinzo Abe, asesinado en el 2022. Los sospechosos recibieron entre 1 y 10 millones de yenes (entre 6.500 y 65.000 euros) y podrían ser castigados con hasta cinco años de prisión.
Deterioro público
La política japonesa se encuentra «en un punto crítico para poder continuar funcionando como sociedad», alertó hace unos meses Kishida. Y no se refería a la financiación de los partidos políticos, sino al descenso de la natalidad y al aumento de la esperanza de vida. Japón, que ahora tiene 125 millones de habitantes, tendrá menos de 53 millones a finales de este siglo. Kishida ha visto cómo su imagen pública se ha deteriorado por este asunto y por la corrupción.