Los difíciles equilibrios internos que afronta Yolanda Díaz
20 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.El fin de semana ha sido de máxima tensión para Yolanda Díaz. Si empezó la semana filtrando los nombres de sus preferidos como ministros —ella misma, su portavoz, Ernest Urtasun, Sira Rego, de IU, Mónica García, de Más Madrid, y Nacho Álvarez, de Podemos—, la ha acabado intentando mediar en las peleas internas que las distintas facciones de su plataforma mantienen para ocupar los ministerios.
La revuelta más sonada es la de Podemos, que insiste en Irene Montero para una cartera y que ya se ha cobrado la baja de Nacho Álvarez, el economista de cabecera de Díaz y una pieza clave en su equipo negociador con los socialistas. «Esto no es una pelea entre Yolanda y Podemos. Esto es Yolanda ejecutando la voluntad de Pedro Sánchez», escribió el exdiputado Pablo Echenique para criticar, el veto a la aún titular de Igualdad. Los ánimos, lejos de calmarse, prometen enrarecerse más si se consuma la amenaza de la líder de Sumar de dejar sin ministerio a los morados y la de estos de pasarse con sus cinco diputados al grupo Mixto.
Pero la tensión no es solo patrimonio del núcleo duro de Sumar con Podemos. En Más Madrid, no todos están de acuerdo en que Mónica García deje la Asamblea madrileña para ser ministra. Sectores próximos a Íñigo Errejón han lanzado el nombre de la actual portavoz de Sumar, Elizabeth Duval, como posible alternativa a la médico anestesista que ha sido derrotada dos veces por Isabel Díaz Ayuso. No es el único nombre sobre la mesa de este colectivo, aunque el control de las bases por la dirección dificulta cualquier maniobra.
Y lo mismo podría decirse de IU, cuyo nuevo referente, la eurodiputada Sira Rego, es la favorita de Enrique Santiago, secretario general del PCE, para relevar a Alberto Garzón, pero que tampoco suscita unanimidad entre otras fuerzas de la primera gran plataforma de izquierdas en España.
Ni siquiera Urtasun, que entraría por la cuota de los comunes, está al margen de las rivalidades internas, aunque el aval de Ada Colau y su condición de único hombre entre cuatro féminas le beneficia. Al menos por ahora.