Los socialistas lusos se debaten entre el giro a la izquierda o la continuidad

Brais Suárez
Brais Suárez OPORTO / E. LA VOZ

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Pedro Nuno Santos, en una foto de archivo del 2016
Pedro Nuno Santos, en una foto de archivo del 2016 Rafael Marchante | REUTERS

Costa asume la cartera de Infraestructuras tras la dimisión de Galamba

16 nov 2023 . Actualizado a las 18:21 h.

El terremoto de la política portuguesa dejó una serie de grietas difíciles de tapar, con tres grandes frentes abiertos: las investigaciones en curso de mano de la Justicia, la gobernación del país como mínimo hasta las elecciones y el estado interno de unos partidos que no contaban con tener que concurrir tan pronto a las urnas. El Partido Socialista buscará a su nuevo líder entre Pedro Nuno Santos, del ala izquierdista, y el moderado José Luís Carneiro, en unas primarias convocada el 15 y 16 de diciembre, la misma semana en la que será disuelta la Asamblea de la República.

En cuanto a las investigaciones, los detalles caen a cuentagotas: el juez instructor considera que las comidas ofrecidas por los gestores de la compañía imputada Start Campus a los ministros João Galamba y Duarte Cordeiro y al presidente de la Agencia del Medioambiente fueron de carácter delictivo por superar cantidades permitidas, según recoge Expresso. Por otra parte, Vítor Escária, exjefe de gabinete de Costa, reconoció que los 75.800 euros encontrados en sus oficinas no habían sido declarados al fisco, pero parece confirmarse que no tienen nada que ver con las investigaciones sobre proyectos energéticos. De hecho, Escária ha recurrido las medidas cautelares impuestas por el juez, muy inferiores a las que exigía la Fiscalía.

Mientras tanto, el primer ministro, António Costa, y el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, debían reunirse el martes para definir el futuro de uno de los implicados en las adjudicaciones irregulares. Pero no hizo falta ya que el ministro de Infraestructuras, João Galamba, acabó dimitiendo el lunes. Pero presidente y primer ministro mantuvieron en pie su reunión, que terminó sin ningún tipo de comunicados Poco después, y como estaba agendado desde antes de la dimisión de Costa, partieron a Guinea-Bisáu, por los actos del 50 aniversario de la declaración unilateral de independencia de la excolonia. Su último viaje oficial juntos.

Este miércoles se supo que António Costa asumirá la cartera de Infraestructuras que ya se cobró varias víctimas políticas esta legislatura: Pedro Nuno Santos y Galamba, sin olvidar a varios secretarios de Estado. En juego está la privatización de la aerolínea TAP, que, a pesar de ser confirmada en un reciente decreto, también fue bloqueada por veto presidencial y, previsiblemente, no se completará en estos próximos meses de Gobierno en funciones. Todo queda, de nuevo, en suspensión.

Se resuelve, sin embargo, otro efecto colateral. En su dimisión, Costa propuso a Rebelo de Sousa un sustituto como primer ministro: Mário Centeno, actual gobernador del Banco de Portugal. Centeno confesó al Financial Times que sopesaba la oferta. Horas después, el presidente negó haber hecho tal ofrecimiento y, a continuación, convocó elecciones. Centeno, cuya imparcialidad ya había quedado en entredicho tras la publicación de un artículo, quedaba ahora en evidencia en su puesto de gobernador. Ayer, la comisión ética del Banco de Portugal lo ratificó, al considerar que Centeno «actuó con la reserva necesaria», aunque también teme «daños en la imagen del banco».

El aspirante moderado que afianza la política de Costa

José Luís Carneiro es considerado la mano derecha de Costa.
José Luís Carneiro es considerado la mano derecha de Costa.

José Luís Carneiro, de 52 años, ha destacado por su eficiencia y discreción en un puesto, el de ministro del Interior, que no suele dejar títere con cabeza en Portugal. De hecho, sus dos predecesores acabaron dimitiendo. Esto, aun formando parte de un Gobierno que ha caído por presunta corrupción, le da más crédito del que refleja su popularidad.

Ha sido mano derecha de António Costa y todo apunta a que sería la apuesta continuista, ya que trataría de prolongar sus políticas, centradas en el saneamiento de las cuentas públicas. Su carta de presentación fue tan conservadora como cabía prever: «Me presento a candidato a primer ministro para garantizar la seguridad, la estabilidad e invertir en la mayoría y ahondar en las políticas que crean más y mejores oportunidades», dijo.

Lo hizo inmediatamente después de la convocatoria de elecciones anunciada por Rebelo de Sousa, en una comisión interna del partido que, según informaba el semanario Expresso, lo recibió de una manera gélida.

Para la estructura de partido que presentará en diciembre, ya ha sondeado al actual ministro de Finanzas, Fernando Medina, que sonaba como candidato y acabó rechazando tal posibilidad, y al presidente del Parlamento, Augusto Santos Silva. Además, ya cuenta con varios apoyos históricos entre los socialistas portugueses.

El candidato que posibilita la repetición de la «geringonça»

Pedro Nuno Santos, en una foto de archivo del 2016
Pedro Nuno Santos, en una foto de archivo del 2016 Rafael Marchante | REUTERS

Pedro Nuno Santos, de 46 años, presentó el lunes una candidatura que todo Portugal daba por hecha desde que en septiembre el socialista se reincorporó a la vida pública tras un receso de seis meses. Lo hacía ocupando un espacio de comentarista en televisión, una lanzadera habitual en el país hacia puestos de primera fila. Y lo hacía, también, después de haber salido del Gobierno en diciembre del 2022 desacreditado por una indemnización (pese que al principio lo negó) de medio millón de euros a una administradora de la aerolínea pública TAP. Con todo, su dimisión apenas afectó a su imagen y quedó enmarcada en una escisión interna del partido.

Nuno Santos dejaba su cartera como ministro de Infraestructuras y Vivienda y adquiría una visión particularmente crítica hacia Costa. Asumía, así, el ala más izquierdista del partido, que hoy reivindica y que es su gran aval de cara para recuperar la geringonça, el pacto del PS con el Bloco de Esquerda y Partido Comunista, con quienes él mismo negoció en el 2015. Su carácter combativo está respaldado por sus contrastadas capacidades de gestión al frente de carteras clave. En su agenda, los salarios, la vivienda y la reorganización territorial serán los pilares de su programa. El apoyo dentro del partido es mayoritario, incluyendo el de figuras clave y moderadas como Francisco Assís.