El caso de corrupción que implica a Costa: más de cinco detenidos y cuarenta registros
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Hasta última hora del martes, se confirmó la detención de cinco personas y más de cuarenta registros policiales. En concreto, la Policía de Seguridad Pública realizó búsquedas en diversos ministerios y la residencia oficial del primer ministro, el palacio de São Bento, a causa de proyectos de explotación de litio e hidrógeno verde.
Algunos detenidos formaban parte del círculo más cercano del primer ministro, António Costa: su jefe de gabinete, Vítor Escária, y el consultor Diogo Lacerda Machado. También fue arrestado el alcalde de la localidad portuaria de Sines, el socialista Nuno Mascarenhas, y dos ejecutivos de empresas involucradas en los procesos de licitación bajo sospecha. Las detenciones tuvieron como motivo eliminar los riesgos de fuga, la continuación de la actividad delictiva y alteración de la investigación. Se investigan delitos de prevaricación, corrupción pasiva y activa y tráfico de influencias.
Además del palacio de São Bento, los oficiales registraron las dependencias de los ministerios de Ambiente y Transición Ecológica, y de Infraestructuras. Los responsables de ambas carteras, Duarte Cordeiro y João Galamba, respectivamente, fueron considerados sospechosos oficiales, al igual que el exministro de Medioambiente, João Pedro Matos Fernandes.
Sus respectivos portavoces admitieron las búsquedas, pero sin dar más comentarios: «confirmamos que ha habido búsquedas en la oficina del jefe de gabinete. No comentamos el proceder de la Justicia», dijo a lusa una fuente cercana a Costa. El ministerio de Medioambiente también reconoció que, durante los registros, sus dependencias fueron desalojadas. Por último, se han registrado cinco despachos de abogados, 17 domicilios, el Ayuntamiento de Sines y varios organismos públicos
Galamba ha sido una de las figuras más polémicas desde que entró a liderar la cartera de Infraestructuras, tras la dimisión de su predecesor, Pedro Nuno Santos, a raíz de varios escándalos relacionados con la gestión de la aerolínea pública TAP, rescatada por el Estado. Los problemas continuaron bajo el liderazgo de Galamba, hasta el punto de que Marcelo Rebelo de Sousa solicitó su dimisión en el mes de mayo. Tras rechazar esa salida, António Costa quedó enfrentado al presidente luso, en un pulso que se ha terminado por romper este martes.
La implicación de Galamba en este caso se remite a su etapa como secretario de Estado de Medioambiente y de la Energía, entonces a cargo de Matos Fernandes. De hecho, Matos Fernandes ya estaba bajo sospecha cuando, en enero de 2021, la policía escuchó tres conversaciones telefónicas que mantuvo con António Costa. Se investigaba la concesión de un proyecto de hidrógeno verde en Sines, por valor de 1.500 millones de euros. El caso se mantuvieron bajo secreto y, a inicios de enero de este año, la Fiscalía confirmó una investigación sobre los negocios de hidrógeno verde y litio.
En noviembre del año pasado, la revista Sábado ya indicó que Galamba y Matos eran «sospechosos de favorecer al consorcio EDP/Galp/REN en este millonario proyecto.