El suculento negocio de la explotación de litio e hidrógeno
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Tres proyectos clave para la descarbonización, bajo el foco por prevaricación, corrupción y tráfico de influencias
08 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.La investigación se remonta al 2019, cuando el Departamento Central de Investigación y Acción Penal recibió una denuncia anónima que instigaba a esclarecer posibles casos de tratos de favor para las empresas portuguesas EDP, Galp y Rede Eléctrica Nacional. Incluía el primero de los tres grandes focos del escándalo que ha acabado con António Costa, una explotación de hidrógeno verde en Sines, uno de los principales puertos del país.
El proyecto, conocido como H2Sines y propuesto por una empresa holandesa en el 2019, pretendía desarrollar un gigawatio de potencia de producción de hidrógeno a través de la electrólisis de agua mediante energía solar. La energía obtenida sería utilizada como combustible por la petrolera Galp y otras industrias, y se estimaba que podría generar un excedente para exportación. Con todo, nunca se llegó a concretar, pues en el 2021, cuando ya se conocían las sospechas de la Fiscalía, se consideró que sería inviable. Semanas después, se anunció una ayuda para la empresa EDP para un proyecto de menor ambición, y que implicaba a algunos integrantes del anterior proyecto.
En noviembre del 2020, la revista Sábado publicó que el ahora ministro de infraestructuras, João Galamba (entonces secretario de Estado de Energía) y el exministro de Economía Pedro Siza Vieira eran investigados por la Fiscalía. Por encima de Galamba estaba João Pedro Matos Fernandes, también arguido (imputado), y cuyas conversaciones telefónicas con Costa fueron escuchadas por la policía y mantenidas bajo secreto judicial, hasta darse a conocer ayer como el detonante de las investigaciones.
Minas de Romano y Barroso
En ellas se abordaban las otras dos adjudicaciones objeto de sospecha. Costa preguntaba dónde sería la refinería del litio que se pretendía construir. En enero de este año, se supo que ambos casos estaban relacionados y ayer, la Fiscalía confirmó que se investigaban las adjudicaciones de las minas do Romano y de Covas do Barroso.
El caso de esta última fue especialmente polémico, cuando en junio, la compañía británica Savannah Resources recibió la declaración de impacto ambiental favorable por parte de la Agencia Portuguesa del Ambiente. Así, podría explotar la primera mina de litio de Portugal y una de las mayores de Europa, a escasos 30 kilómetros de Ourense, con 593 hectáreas a cielo abierto. No importó que la FAO la hubiera declarado Patrimonio Agrario Mundial en el 2018. La oposición de los ecologistas fue unánime.
La mina de Romano, en Montalegre, cerca de la frontera de Galicia, acaba de obtener el visto bueno de la APA. El promotor, Lusorecursos, incluiría una refinería. Estaba valorado en 380 millones de euros, con un plazo de explotación de 50 años. Según medios portugueses, fue adjudicado por João Galamba sin la prospección previa que exige la ley. Todavía debe conocerse la implicación de Costa, pero la Fiscalía apunta a que habría «desbloqueado procedimientos».
A estos proyectos se suman otros de menor calado, como la construcción de un centro de datos, también en Sines y regido por la sociedad Start Campus. Sus administradores fueron también detenidos por considerarse que había «peligro de fuga». Los detenidos pasarán a disposición de las autoridades para ser interrogados.