La inflación y la incertidumbre económica empujan la cotización del oro hasta cotas históricas
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El metal dorado vale el doble que hace solo diez años y la plata se ha revalorizado más de un 44% desde entonces
07 nov 2023 . Actualizado a las 09:05 h.A diferencia de los dólares o los euros, no hay un banco central en el mundo que pueda imprimir oro. Hay el que hay, poco. Las reservas limitadas de este metal precioso, que no se somete a ninguna autoridad, lo convierten en el activo refugio por excelencia en tiempos convulsos, como los actuales. Su cotización alcanzó el pasado 26 de octubre un máximo histórico (1.888 euros la onza, equivalente a 31,1 gramos). En la actualidad ronda los 1.848 euros, el doble que hace solo diez años, cuando se pagaban escasos 957 euros. Lo mismo ocurre con otro metal precioso: la plata. En noviembre del 2013 se podía conseguir una onza por escasos 15 euros. En la actualidad hay que desembolsar unos 21,5.
¿Por qué son tan valiosos?
En primer lugar, por sus características físicas. El oro, por ejemplo, es un metal muy raro y escaso, pero sumamente estable, maleable y muy buen conductor de la electricidad por lo que es perfecto para el proceso de fabricación de monedas, joyas, dispositivos electrónicos, medicinas y hasta vehículos espaciales. Aunque la plata es el mejor conductor conocido y es más duro que el oro, lo cierto es que abunda más en la corteza terrestre. De ahí que cotice muy por debajo de su hermano dorado, pero más de un 44% por encima de su precio diez años atrás.
El hecho de que las reservas de oro sean muy limitadas implica que invertir en este metal sea una operación más segura que hacerlo en renta variable (acciones de compañías), por ejemplo, más expuesta a las decisiones de Gobiernos y bancos centrales. Cuando hay mucho dinero en circulación y los intereses por pedir préstamos son bajos, los inversores no temen invertir en las empresas. Cuando es difícil conseguir financiación y las perspectivas económicas no son buenas, como en la actualidad, el capital tiende a refugiarse en activos menos rentables a corto plazo, pero más seguros.
¿Por qué han subido tanto?
Los elevados niveles de inflación, que convierten el dinero en papel mojado, y la expectativa de un rápido enfriamiento del crecimiento económico han empujado a muchos inversores, institucionales y particulares, a comprar más oro y, en menor medida, plata. El objetivo, en última instancia, es no perder poder adquisitivo y poner a buen recaudo el capital.
La subida incesante de los tipos de interés en Estados Unidos y la eurozona para domar la inflación también ha despertado interés por un competidor del oro: los bonos del Tesoro. El norteamericano ofrece un interés a diez años del 4,63%. El español, un 3,77%.
¿Qué países tienen más oro?
Estados Unidos tiene las reservas más abultadas (8.133 toneladas). Le siguen Alemania (3.355) e Italia (2.452), según los últimos datos de World Gold Council. España apenas conserva 281,6 toneladas, menos incluso que Portugal (382,6).
En el último año, Turquía, China y Egipto han liderado las compras de este metal. Por el contrario, Kazajistán, Alemania y Mongolia son los países que más reservas de oro han vendido para poder financiar sus gastos.
Respecto a inicios del siglo XXI, cabe destacar que las reservas de oro han mermado en la mayoría de países occidentales. Sin embargo, China las ha multiplicado por cinco.
¿Cómo tributa?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que la compraventa de oro no está sujeta a IVA si se trata de «oro de inversión» (lingotes y monedas con purezas superiores al 99,5 y 80% respectivamente). Al que no llegue a esos umbrales se le aplicará un IVA del 21%, el mismo porcentaje que a la plata, con una salvedad: si un particular se lo vende a un profesional del sector, no se pagará el IVA sino el impuesto sobre transmisiones patrimoniales onerosas y actos Jurídicos documentados (9 % en Galicia, 8 % en el 2024).
Mientras la onza o el lingote sigan en posesión de su propietario, este no deberá tributar por él en el IRPF. Sí tendrá que hacerlo en el momento en que decida deshacer su inversión y vender la pieza. En tal caso, deberá declarar las ganancias o pérdidas patrimoniales que le haya ocasionado la operación. Hasta los 6.000 euros de ganancia se aplica un tipo del 19 %. Entre 6.000 y 50.000, un 21 % y a los beneficios por encima de los 50.000 euros, un 23 %.
¿Hay metales más caros?
Sí. El iridio y el rodio, por ejemplo, extremadamente escasos y valiosos para la transición ecológica. Según Metal Daily, ya se pagan 4.192 euros por una onza del primero y 3.913 por la del segundo. Son necesarios en la fabricación de catalizadores de vehículos, dispositivos electrónicos, turbinas eólicas o infraestructuras para hidrógeno verde.