Del acatamiento del Movimiento Nacional de Juan Carlos a la primera jura de un príncipe a una Constitución en España

C. P. N. REDACCIÓN / LA VOZ

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El príncipe Felipe juró la Constitución el 30 de enero de 1986.
El príncipe Felipe juró la Constitución el 30 de enero de 1986. Manuel P. Barriopedro

El rey emérito fue nombrado por Franco su sucesor en 1969. Ya en democracia, su hijo Felipe juró la carta magna en enero de 1986

31 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Felipe VI fue el primer príncipe que juró una Constitución en la historia de España. Lo hizo, al igual que hará su hija Leonor, el día de su 18 cumpleaños: el 30 de enero de 1986. Los pasos a seguir de su acatamiento sirven ahora de referencia a la de la princesa heredera.

El presidente de la Mesa del Congreso era entonces Gregorio Peces-Barba. A las once de la mañana, en una hora idéntica a la de Leonor, empezó la ceremonia solemne. «Hoy celebramos un acto que expresa la continuidad de la monarquía, su prolongación en el tiempo», dijo, en un discurso en el que también hizo un guiño a Juan de Borbón, conde de Barcelona: «La monarquía no basa su prestigio solo en el afecto y el respeto que a todos los españoles nos inspira su majestad el rey, se basa también en el esfuerzo, y en el sacrificio del conde de Barcelona».

También destacó que el acatamiento tenía lugar durante el mandato de un Gobierno socialista: «Este acto se produce en un momento especialmente significativo de la vida política de nuestro país, con una mayoría socialista [...] Los hechos son los hechos, y creo que poner de manifiesto esta realidad ayuda también a entender la solidez de la situación constitucional y el apoyo de todos a la Corona».

El príncipe de Asturias escuchaba a Peces-Barba sentado junto a Felipe González. Según relató el presidente de la Mesa en su libro, La democracia en España, el protocolo de este acto se pactó con mucha dificultad con el jefe del Ejecutivo. Complicaciones que, a juicio de Pérez-Barba, surgieron por su excesivo afán de protagonismo «que pasaba por encima de cualquier obstáculo». El entonces heredero al trono juró la Constitución, con las mismas palabras y el mismo ejemplar con el que se espera que lo haga hoy su hija Leonor.

Más tarde, ya en el Palacio Real, Felipe de Borbón recibió el Collar de la Real Orden de Carlos III, la condecoración más alta y distinguida que concede el Estado. Felipe González se la ofreció al rey Juan Carlos I, que se la puso en el cuello a su hijo. El jefe del Ejecutivo le aseguró al heredero que la monarquía «cuenta con la lealtad y la simpatía del Gobierno».

Un escenario, distinto régimen

Juan Carlos de Borbón pasó el 23 de julio de 1969 de ser príncipe de Asturias a príncipe de España. Ese día juró los principios del Movimiento Nacional y fue proclamado, oficialmente, como el sucesor del dictador Francisco Franco como jefe del Estado. «Juro lealtad a su excelencia el jefe del Estado y fidelidad a los principios del Movimiento Nacional y demás leyes fundamentales del Reino», acató el que sería futuro rey, ante la presencia de su mujer, Sofía de Grecia, de sus hermanos y de sus dos hijas Cristina y Elena.

Legitimidad del régimen del 36

Juan Carlos de Borbón, ya como príncipe de España, realizó un discurso, interrumpido según Europa Press por sonoros aplausos en hasta diez ocasiones. El tributo más notorio fue cuando el futuro monarca reconoció «la legitimidad política surgida el 18 de julio de 1936, en medio de tantos sacrificios, de tantos sufrimientos, tristes, pero necesarios, para que nuestra patria encauzase de nuevo su destino».

Francisco Franco cerró el acto, agradeció «las nobles, sentidas y expresivas palabras que acabamos de escuchar» de su recién nombrado heredero, al que acompañó a su salida a la carrera de San Jerónimo.

El nuevo estatus de Juan Carlos lo distinguió como «la segunda persona en dignidad del país», según establecía el artículo sexto de la ley de presidencia del Gobierno franquista. Además, fue ascendido a general de brigada del Ejército.