¿Cómo ha podido ocurrir el ataque de Hamás a Israel?
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Todos en Israel se preguntan cómo ha podido ocurrir algo tan devastador como la masacre del fin de semana. En realidad, todos saben la respuesta. La Franja de Gaza es muy opaca para los servicios de inteligencia israelíes. Hamás ha tenido muchos años para consolidar su dominio sobre la población gazatí (parte de la cual les apoya), y también ha tenido tiempo para perfeccionar sus servicios de contraespionaje. El resultado es que Israel obtiene su información de Gaza casi exclusivamente por medios electrónicos (drones, escuchas telefónicas, vigilancia en las redes). Hamás, consciente de que no puede competir con esta superioridad tecnológica israelí, ni siquiera con el entrenamiento y el material que le proporciona Irán, ha optado por «volver a la Edad de Piedra». Así, parece ser que la planificación del ataque del fin de semana se llevó a cabo sin utilizar móviles ni ordenadores, solo de viva voz en búnkeres subterráneos. Una vez logrado ese efecto sorpresa, la barrera electrónica que rodea Gaza no era un obstáculo tan grande. Para Hamás, la decisión se reducía a si quería pagar el precio de una agresión tan brutal (y hacérselo pagar a su población), y ha decidido que le conviene.
Egipto asegura que sus servicios de información alertaron a Israel de que se preparaba algo grave en Gaza. Si es así, falta saber si lo que se ha producido es un error de análisis de la inteligencia israelí o si el error se cometió más arriba, en el Gobierno. La oposición ha lanzado la sospecha de que el Gobierno de Benjamin Netanyahu, controlado en parte por partidos que representan a los colonos de Cisjordania, ha descuidado Gaza para concentrarse en la violencia palestina en esa otra región. Pero esto parece improbable. El sistema de seguridad israelí es muy autónomo y cabe suponer que si los militares hubiesen creído posible un ataque así se habrían preparado para repelerlo de todos modos.
En cuanto a la posible participación de Irán en todo esto, no hay duda de ello, solo se trata de determinar el grado. Irán arma y adiestra a Hamás, pero que Teherán haya dado la orden es más que dudoso. Sí es casi seguro que Hamás habrá solicitado su luz verde. Las informaciones de The Wall Street Journal sobre una reunión entre Hamás y los iraníes el lunes pasado probablemente reflejan eso. Pero una incursión de esta envergadura tiene que haber sido planeada hace meses. El hecho de que Hezbolá, de momento, no se haya sumado más que «simbólicamente» a la ofensiva de Hamás, confirmaría esta hipótesis de que Irán, aunque apoya la incursión, no la ha organizado directamente. Eso piensan los servicios de inteligencia norteamericanos, si bien habrá que ver qué dicen los de Israel. En todo caso, es pronto para hablar del riesgo de expansión de este conflicto, que de momento se ajusta a una pauta reiterada. La infiltración dentro de Israel y el secuestro de civiles han sido prácticas habituales de Hamás durante décadas; la novedad no es el hecho en sí sino la escala, que lo convierte en una acción terrorista con las dimensiones de una acción militar.
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