Rishi Sunak concluye el congreso «tory» dejando claro que él es quien manda

Juan Francisco Alonso LONDRES / E. LA VOZ

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Sunak, ayer en la conferencia anual del Partido Conservador.
Sunak, ayer en la conferencia anual del Partido Conservador. TOBY MELVILLE | REUTERS

El «premier» se niega a bajar los impuestos y a continuar el proyecto del AVE británico

05 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de adinerado, débil es el calificativo más usado por los británicos para describir a su primer ministro, de acuerdo con una encuesta publicada ayer. Y en un intento por cambiar lo segundo y dejar en claro quién manda, Rishi Sunak dio un golpe en la mesa. Así, tras pasar todo el congreso tory viendo como rivales y colaboradores le presionaban para que rebajara los impuestos antes de las próximas generales y se comprometiera a seguir el polémico proyecto del HS2 (el AVE británico), el mandatario ha sorprendido diciendo «no» a ambas demandas, pese a los riesgos de una revuelta en su contra.

«Sé que quieren una reducción de los impuestos y yo también la quiero, pero la mayor reducción que podemos dar ahora es llevar la inflación a la mitad. Ninguna política que impulse la inflación, por atractiva que sea a corto plazo, es la correcta. No son mis palabras son las de Margaret Thatcher», les soltó a los cerca de 10.000 congregados en Mánchester.

Pero Sunak no se quedó ahí y luego lanzó la bomba que era esperada desde hacía tiempo: la cancelación de la segunda fase del HS2, el tren de alta velocidad que debería conectar a Londres precisamente con la ciudad donde se celebró el evento.

«Voy a cancelar el resto del proyecto», dijo sin preocuparse por la amenaza de renuncia del alcalde de West Midlands, el conservador Andy Street, un acérrimo defensor del proyecto.

Tras describir el plan, en el que participan empresas españolas, como un desagüe de fondos, el mandatario dijo que «los hechos han cambiado y lo correcto cuando esto ocurre es tener coraje para cambiar de dirección».

Acto seguido prometió que los 37.000 millones de libras (42.780 millones de euros) que se iban a destinar a la abortada segunda fase del tren de alta velocidad financiarán una nueva red de transportes para el norte del país.

La única concesión que dio a los sectores tories más críticos con su gestión fue en materia migratoria. «Haré todo lo que sea necesario por frenar las pateras [con inmigrantes ilegales]», dijo, volviendo a poner sobre la mesa la posibilidad de retirar al país de la jurisdicción del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

La personificación del cambio

Sunak sabe que, hoy por hoy, son pocas sus posibilidades de ganar las próximas generales, previstas para finales del 2024. La totalidad de los sondeos dan a los laboristas una ventaja de hasta 20 puntos sobre los conservadores en intención de voto. Por ello, elevó la apuesta al tratar de robarles su principal oferta: el cambio.

«Nuestra meta es cambiar radicalmente este país», soltó el premier, quien por un momento pareció más un líder opositor que el de la formación que ya acumula 13 años en el poder. Así, Sunak no tuvo problemas en presentarse como un líder distinto al que ha tenido el Reino Unido en los últimos 30 años. ¿Dónde está esa diferencia? En que no tomará «las decisiones fáciles, sino las correctas», declaró.

Y seguidamente atacó a su contrincante, el laborista Keir Starmer, de quien dijo: «No sabes qué vas a obtener de él. Solo sabes que no será lo que te prometió».

Las promesas de mejorar la salud y la educación no faltaron en el discurso de Sunak, que duró más de una hora y estuvo precedido por la sorpresiva presentación que hizo su esposa, la empresaria Akshata Murthy.