Los científicos hablan de un hecho sin precedentes desde que existen registros
01 oct 2023 . Actualizado a las 10:07 h.En un año en el que se acumulan los eventos extremos y las anomalías climáticas históricas cuesta imaginar que el episodio más sorprendente del 2023, que acabará siendo el más cálido desde que hay registros, se esté produciendo en la Antártida. Pero así es.
Los científicos no disimulan su incredulidad ante el impresionante retroceso del hielo. El hielo marino acaba de establecer un mínimo histórico para su máximo invernal, por un margen bastante enorme. Los datos apuntan a que falta un área aproximadamente que es siete veces mayor que el tamaño del Reino Unido. Se trata del máximo de hielo marino más bajo desde 1979. Es la primera vez que la extensión del hielo marino no ha superado los 17 millones de kilómetros cuadrados.
La comunidad científica, como no puede ser de otra manera, trata de averiguar qué puede estar causando esta descomunal pérdida de hielo marino. Si bien los vientos y la temperatura controlan gran parte de las variaciones en la extensión del hielo, la tendencia a la baja a largo plazo es todavía una cuestión que genera mucho debate.
De momento, lo que la ciencia polar ha constatado es que desde agosto del 2016 la tendencia de la extensión del hielo marino de la Antártida ha estado sufriendo una fuerte caída en casi todos los meses. La mayoría de las investigaciones han sugerido también que se han producidos cambios en el contenido de calor del océano.
Los expertos tampoco ocultan el temor de que esto pueda ser el comienzo de una tendencia a largo plazo de disminución del hielo marino antártico ya que los océanos se están calentando globalmente y el agua cálida llega al océano del Polo Sur.
Hay que recordar que el hielo marino es un componente importante del equilibrio energético de la Tierra, ya que refleja la luz solar de regreso al espacio y sustenta un rico ecosistema en el borde. Si esta pérdida dramáticamente continúa hasta el verano del 2024 una gran parte de la costa antártica quedará definitivamente expuesta a las olas del océano y al clima marino.
«El déficit de hielo marino en la Antártida tendrá impactos directos en el clima y los ecosistemas, tanto cercanos como lejanos, incluso en latitudes más bajas, que albergan a la mayoría de la población humana y sus intereses económicos», advierte Petra Heil, especialista en el área de criosfera de la Organización Mundial de Meteorología.