La primera ministra italiana presume de datos económicos y de saber adaptarse «a una realidad cambiante», y admite que los resultados en materia migratoria no son los esperados
24 sep 2023 . Actualizado a las 16:58 h.La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha presumido de resultados económicos cuando se cumple un año de su victoria en las elecciones generales, aunque ha confesado que en materia de gestión migratoria, su gran baza electoral, esperaba «hacer más».
«Esperaba más de la inmigración. Hemos trabajado muchísimo, pero los resultados no son los que esperábamos ver porque es muy complejo. Este tema merece una segunda fase de esfuerzo», reconoció la primera ministra ultraderechista en el informativo de anoche de la televisión pública de Italia. El baño de realidad de la gestión política ha ido suavizando su discurso, convirtiendo a la posfascista más temida por Europa en una mujer que sabe adaptarse, como ella misma dice, «a una realidad cambiante».
Meloni ganó las elecciones El 25 de septiembre de 2022, tras la dimisión de su antecesor, Mario Draghi, y el 22 de octubre juró como presidenta del Gobierno junto a su equipo de ministros, compuesto por 18 hombres y 6 mujeres. Es la primera mujer en el cargo en la historia del país, apoyada por la coalición de sus Hermanos de Italia, la Liga de Matteo Salvini y la Forza Italia de Silvio Berlusconi.
«El balance lo tienen que hacer los italianos. Personalmente, puedo decir que había prometido entregar una Italia mejor de la que recibí y, tras un año, Italia es más creíble, más estable y más escuchada. Es el inicio de un trabajo que debe juzgarse al final de los cinco años (de legislatura)», respondió al noticiario TG1, según recoge la agencia Efe.
La política reconoció que en materia migratoria los resultados no son los esperados, ya que en lo que va de año han desembarcado en el país 132.867 inmigrantes, el doble que hace un año y el triple que en el 2021, pese a que en su campaña electoral llegó incluso a prometer un «bloqueo naval» en el Mediterráneo para contener el flujo migratorio.
Con todo, la primera ministra italiana aseguró sentirse «orgullosa» de los datos económicos, de «una Italia que tras años a la cola hoy crece más que la media europea» (la Comisión Europea prevé para el país este año un crecimiento del 0,9 %, recortado desde el 1,2 % en mayo, mientras que la media de la zona del euro crecerá un 0,8 %).
La gobernante ultraderechista expresó también su «orgullo» por «haber encontrado los recursos para quienes tienen dificultades y para las rentas medias bajas» y por haber cumplido con la promesa de desmontar la controvertida Renta de Ciudadanía, un subsidio aprobado en la pasada legislatura por el Movimiento Cinco Estrellas.
Asimismo. Meloni presumió de haber «intervenido donde se debía como en la banca y en ámbitos en los que otros gobiernos no se habían atrevido», una referencia velada al impuesto bancario a los beneficios extraordinarios que el pasado agosto asustó al sector. Por otro lado, volvió a exponer sus dudas sobre la introducción de un salario mínimo, reclamado por la oposición de centroizquierda.
«Me sorprende que la oposición descubra hoy su utilidad porque en diez años en el gobierno no lo hicieron posible. Yo me temo que puede empeorar las condiciones de más trabajadores de los que puede beneficiar, pero esperamos el informe del Consejo Nacional de la Economía y el Empleo (CNEL)», sostuvo.
Meloni tiene la intención de agotar los cinco años de legislatura, una rareza en un país que acumula 68 gobiernos en unas siete décadas de democracia.
«Yo veo un horizonte de cinco años para realizar las grandes reformas que este país necesita», afirmó, enumerando la fiscal, la de la justicia, la «del mérito en la educación», la constitucional y otra que intervenga en la «emergencia habitacional».
«Hay mucho trabajo que hacer pero cumpliremos con los compromisos adquiridos», zanjó Meloni.