La fallida moción de la ultraderecha portuguesa refuerza al Gobierno de Costa y divide a la oposición
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Chega buscaba con su segunda moción en esta legislatura para reforzar su posición de cara a las elecciones de este domingo en Madeira
20 sep 2023 . Actualizado a las 18:57 h.El Parlamento portugués constató este martes el fracaso de una moción de censura con ambiciones más simbólicas que de éxito. Es la segunda moción presentada por Chega, partido de ultraderecha y tercera fuerza política, que quiso así, en este comienzo de ciclo político, señalar los problemas que se arrastran desde antes de verano: la crisis de la vivienda y el «desastre financiero» de la educación fueron sus principales argumentos.
Aunque estaba abocada a no prosperar (han votado en contra socialistas, comunistas, Bloco de Esquerda y Livre), esta vez sí ha encontrado el apoyo de la cuarta formación parlamentaria, Iniciativa Liberal (IL), que, tras abstenerse en el 2022, ahora ha apoyado esta «maniobra de distracción», tal y como la consideran. Un voto que, frente a la abstención del PSD, aumenta las distancias en la derecha.
De hecho, el discurso de André Ventura, líder del Chega, está tan orientado a remarcar su rechazo al Gobierno como la «tibieza y laxitud» del PSD, partido de centroderecha que lidera la oposición y que se negó a apoyar una iniciativa que tacha de «infantil». Ventura se posiciona, así, como el verdadero adalid contra la izquierda, por lo que es inevitable enmarcar esta moción en la recta final de unas elecciones regionales, este domingo en Madeira, que muchos ven como termómetro para evaluar el estado de la oposición. La isla es un bastión socialdemócrata, pero Chega espera obtener tres diputados que condicionen la formación del Gobierno regional.
Es decir, la moción no es solo una maniobra de distracción, sino de alboroto. «Chega no tiene ningún pudor en defender todo y su contrario», criticaron desde las filas comunistas. Y una maniobra que el primer ministro António Costa no dudó en aprovechar para desprestigiar a todos los implicados: «la moción de censura ya fue un éxito, pues avergonzó al PSD y arrastró a IL». El líder socialista posición a su partido como «garantía de estabilidad y sostenibilidad».
Efecto rebote
Paradójicamente, es posible que los socialistas, objeto de la moción, sean los menos perjudicados tras la moción. Primero, porque su mayoría se sostiene en presentarse como salvaguarda democrática frente a este tipo de radicales acometidas de la extrema derecha, retratada en su falta de apoyos. Segundo, y en un plano más práctico, porque gozará de una prórroga para afrontar lo que realmente le hace daño, pues en virtud del nuevo reglamento de la Asamblea de la República, los debates parlamentarios con el jefe del Ejecutivo no se pueden realizar «en la quincena siguiente a la discusión de mociones de confianza o mociones de censura».
Es decir, se han pospuesto los debates bimensuales que debían retomarse el próximo día 27, con lo que Costa gana tiempo para defender su falta de respuesta ante crisis más acuciantes: de la enseñanza, que ha reiniciado sus huelgas con la vuelta a las aulas; de la sanidad, con graves problemas de funcionamiento; de la vivienda, cuyo programa de reforma Más Vivienda debe ser debatido de nuevo tras el veto de Rebelo de Sousa; o, sobre todo, su propia gestión interna, un asunto que ha desacreditado al Ejecutivo en su año y medio en el poder y ha motivado el enfrentamiento directo entre el presidente de la República y Costa.