Feijoo alerta en Soutomaior de que no admitirá «subastas» ni «chantajes» para ser investido presidente

Manuel Varela Fariña
Manuel Varela SOUTOMAIOR / LA VOZ

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El candidato popular se abre a reunirse con grupos políticos y presidentes autonómicos «que quieran aportar»

27 ago 2023 . Actualizado a las 19:27 h.

El PP no tenía hoy mejor argumento para defender su uso del Castelo de Soutomaior para abrir el curso político que las prisas por terminar para dar paso a la boda que empezaba a las 13.00. «Acabo ya, quince minutos antes de lo previsto», sonrió Alberto Núñez Feijoo junto a la fortificación y rodeado de unos 1.500 simpatizantes populares, miembros del Gobierno gallego, líderes autonómicos y la plana mayor de Génova. El líder popular, que se somete al voto del Congreso dentro de un mes para ser investido presidente de España y defendió su «legitimidad» para hacerlo, aseguró en su discurso que todo lo que había dicho «son las líneas maestras» de lo que presentará a la Cámara Baja en el debate del 26 de septiembre.

«Nunca seré presidente del Gobierno a cualquier precio», reivindicó el presidente del PP nacional, que marcó en todo momento una enorme brecha entre su estrategia y la de Pedro Sánchez para sumar los apoyos necesarios con los que ser investido. Insistió así en que los populares no admitirán «subastas ni chantajes» que impliquen «someterse al interés de las minorías» para llegar a la Moncloa, y abre el diálogo a los grupos parlamentarios que se quieran sentar con él y a los presidentes autonómicos «que tengan algo que aportar», en un guiño a posibles barones socialistas descontentos con las posibles alianzas de Sánchez para mantener el Gobierno.

Hacia el presidente en funciones apuntó para alertar de las «cuatro cesiones» a las que, según Feijoo, estaría dispuesto a aceptar para seguir en la Moncloa: amnistía, referendo de independencia, liderar el Gobierno «más débil conformado por 24 partidos», y quebrar el principio de igualdad de todos los españoles. El expresidente gallego dijo creer en el «diálogo y no en la imposición», recordando que está a solo cuatro diputados de la mayoría absoluta. «Conseguirlo no sería bueno para el PP, sería bueno para España», abundó. De ahí su apertura a abrir conversaciones en busca de apoyos a partir de mañana para «ser el presidente de todos los españoles». Y volvió a presumir de su distancia con el secretario general del PSOE: «No aceptemos lo que está dispuesto a aceptar el partido de Sánchez, porque no somos Sánchez».

Un plan para cuatro años

Feijoo resaltó que llevará al Congreso un proyecto que tenga vigor «durante los siguientes años», con un Gobierno en solitario que pasaría de 22 a 14 ministros y en el que tendrá «libertad» para designar y cesar a quien considere. Subrayó que España «necesita un cambio» para recuperar la «centralidad» y volver a ser una de las «grandes economías del mundo».

En su plan de «regeneración institucional» defendió que su gestión permitirá volver a mejorar la renta per cápita, crear empleos de calidad, sanear cuentas públicas y bajar impuestos «siempre y con la intensidad» posible. Habló de la necesidad de contar con un nuevo sistema de financiación autonómica, de un pacto nacional del agua, de avanzar en la viabilidad de las pensiones, romper el declive demográfico y garantizar la sostenibilidad del sistema nacional de salud. «Para eso queremos gobernar: no para estar en el Gobierno, sino para tomar decisiones», proclamó Feijoo.

El líder popular asumió que no desea que los ciudadanos «se desgasten», pero sin llegar a mencionarlo, dejó la puerta abierta a una repetición electoral o, en todo caso, a una legislatura corta. «Aunque no sea una investidura a corto plazo, si será la primera piedra del próximo Gobierno de España, porque os aseguro que estoy absolutamente convencido de que ahora o después el próximo Gobierno de España será un gobierno del Partido Popular», defendió.

Rueda apela a la mayoría absoluta

Ejerció de anfitrión el nuevo presidente de la Diputación de Pontevedra, Luis López, que trasladó a Feijoo el «rotundo e indiscutible apoio» de los populares gallegos. Saludó también a Alfonso Rueda, quien se puso en pie a saludar, cuando le vaticinó la quinta mayoría absoluta consecutiva del PP en Galicia. 

El titular de la Xunta se mostró convencido de que Feijoo será presidente del Gobierno, pero «no a cualquier precio». «No te vamos a pedir que pagues rescates imposibles ni cedas a ningún chantaje. No permitas que los privilegios de algunos se paguen con los perjuicios de los demás», le recetó su sucesor al frente del Ejecutivo gallego, desde el que le prometió que serán «leais», «cordiais», si bien aquí le aclaró que siempre que sea posible, y «construtivos».

Rueda apeló a los suyos a no resignase y trabajar en España y en todas partes para hacer presidente al líder popular. «Ni bloqueos ni chantajes. Vamos a rematar la jugada para que, cuanto antes, más pronto que tarde pero con seguridad, España tenga un presidente del Gobierno que se llame Feijoo», dijo el líder gallego para dejar de nuevo el horizonte electoral abierto. 

Se refirió también a Galicia, afirmando que «cuando toque examinarse aquí» los populares vuelvan a disfrutar de una nueva mayoría absoluta. Ironizó después con el veto de la anterior presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, a emplear el lugar para celebrar el inicio del curso político. «Este castillo tiene siglos. Malo será que no aguante unos siglos más hasta que el PSOE pueda hacer primarias en Galicia. Tienen siglos para poder hacerlo», bromeó sobre el aplazamiento del proceso interno de los socialistas gallegos para elegir candidato a la Xunta tras la intervención de Ferraz.

«Convoque vostede, me dicían», recordó Rueda sobre la insistencia de los líderes del PSdeG a que adelantase las elecciones autonómicas. «Estamos absolutamente preparados», respondió, para después dirigir sus dardos al BNG: «Tampouco imos admitir leccións dun partido nacionalista socio de Bildu que fixo presidente a Sánchez».  

Críticas a Carmela Silva

Tanto López como Rueda y Feijoo se acordaron de la actual senadora socialista por la prohibición de usar el Castelo de Soutomaior durante su mandato en la Diputación. «Dixemos que volveríamos a Soutomaior e volvemos. Houbo que gañar nas urnas ao Goberno máis sectario da democracia na Deputación», lamentó Feijoo en un discurso donde combinó gallego y castellano, por lo que se dirigió a la primera fila que tenía enfrente para resaltar el «curso intensivo» a los presidentes autonómicos de una «lingua de España» que estos «aceptan e admiten como unha lingua máis de todo o territorio español». Le aplaudían sus principales barones autonómicos: los presidentes de Andalucía, Juanma Moreno; de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; de Aragón, Jorge Azcón; de Extremadura, María Guardiola; de Murcia, Fernando López Miras, y de Baleares, Marga Prohens. Además, han estado presentes la secretaria general, Cuca Gamarra, y el coordinador general, Elías Bendodo, así como los gallegos Miguel Tellado, vicesecretario de organización, y Paula Prado, secretaria xeral del PPdeG.