El PSOE espanta el fantasma de posibles tránsfugas tras pedir el PP apoyo a socialistas molestos

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

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El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, comparece ante los medios en París.
El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, comparece ante los medios en París. EFE | EFE

Los socialistas están convencidos de la «incapacidad» de los populares para lograr que Feijoo consiga ser investido

25 ago 2023 . Actualizado a las 09:24 h.

El camino de la investidura avanza y en el PSOE están tranquilos. Porque a pesar de que el vicesecretario de cultura del PP, Borja Sémper, llamara ayer a diputados socialistas «con sentido de Estado» a apoyar la investidura de Aberto Núñez Feijoo, dan por hecho que este acontecimiento no se producirá y evitarán un «tamayazo nacional». «Estos llamamientos a la traición no van a tener ningún éxito. Va a ser un mes que se le va a hacer larguísimo al señor Feijoo», señaló el ministro de Presidencia en funciones, Félix Bolaños.

Las críticas a la estratagema de los populares fue generalizada entre las autoridades socialistas, que están convencidas de que la disciplina de voto no se romperá y de que el PP no conseguirá sumar apoyos con otras formaciones. En un acto celebrado en homenaje a La Nueve, una compañía de republicanos españoles que ayudó a la liberación de París en la Segunda Guerra Mundial, Bolaños insistió en que plantear el «transfuguismo» equivale a que el PP invoque una «traición» democrática porque los diputados de su partido «han sido elegidos con el voto de personas socialistas precisamente para parar en seco a la coalición ultra del PP y Vox».

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, sentenció que «hay que estar desesperado» para plantear que los representantes del PSOE rompan su disciplina de voto. Algo que para el vicepresidente primero del Congreso de los Diputados, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, es una «esquizofrenia» Y desde Sumar se pronunció Íñigo Errejón, quien dijo del PP que «cuando se trata de llegar al poder, no tienen principios».

Objetivo: Castilla-La Mancha

Entre las filas de los populares creen que es posible convencer a diputados castellanomanchegos para que apoyen a Feijoo. Emiliano García-Page, presidente socialista de la autonomía, que evaluó el resultado del 23J como algo «diabólico» porque dio pie a que un prófugo como Carles Puigdemont «tenga el mando a distancia» para controlar la legislatura, es el último barón que se opone a la política de pactos con independentistas de Pedro Sánchez.

Una gran tentación para el PP. Los de Feijoo creen que hay una oportunidad para ejercer influencia sobre Page y que este dé instrucción de mover votos para, o bien investir a Feijoo, o bien repetir elecciones.

Sin embargo, el PSOE manchego certificó la imposibilidad de que se produjera dicho ejercicio en la misma línea que Bolaños y Montero. «Están proponiendo un insulto a los socialistas y demócratas de España. No hay ninguna posibilidad de que el PP tenga la más mínima credibilidad», sostuvo el secretario de Organización del PSOE de Castilla-La Mancha, Sergio Gutiérrez.

El propio Page ya se posicionó al respecto cuando desde Vox invitaron al transfuguismo de los «socialistas buenos». «A todos los que están hablando de transfuguismo o votos burlescos, les diría que ya sé que algunas veces son aficionados a los golpes e incluso a los tamayazos, pero eso no va conmigo», dijo el mes pasado.

El silencio de Page en los últimos días con respecto a la proposición del PP tampoco preocupa en Ferraz. Desde el entorno del presidente manchego, aseguran que se debe a que se encuentra disfrutando de sus vacaciones y que, por tanto, se mantiene alejado de lo público a pesar de las insinuaciones de que podría plantearse la maniobra favorable al PP.

Con todo, el reloj avanza y el equipo de Sánchez no tiene prisa en que Feijoo intente todo lo que esté en su mano para ser investido. Porque, en paralelo, seguirán tecleando la calculadora de pactos con la seguridad de renovar el Gobierno de coalición.

¿Qué fue el tamayazo?

Dos diputados socialistas que salvaron a Esperanza Aguirre

En las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid que tuvieron lugar el 25 de mayo de 2003, el PP obtuvo 55 diputados. Ganó las elecciones frente a un PSOE que sumó 47, aunque en la teoría iba a hacerse con el Gobierno regional, puesto que los 9 representantes de Izquierda Unida favorecían una mayoría parlamentaria. El socialista Rafael Simancas ya se veía presidente.

Sin embargo, en la sesión constitutiva que tuvo lugar el 10 de junio del mismo año, dos miembros del PSOE madrileño dieron un paso atrás: Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez. Ambos se ausentaron de sus escaños y favorecieron que los progresistas perdieran dos votos en su bloque. La consecuencia fue que la popular Concepción Dancausa fue elegida presidenta de la Asamblea de Madrid.

Tanto Tamayo —quien da nombre a la maniobra— como Sáez se enfrascaron en un conflicto interno con el partido. Los dos argumentaron que no se debió a una cuestión ideológica, mientras que el partido les acusó de haber sido favorecidos por los populares en una trama urbanística e inmobiliaria para no apoyar a su partido.

Ya para la sesión de investidura, Simancas se negó a tomar el cargo de presidente si Tamayo y Sáez votaban a su favor. Algo que no llegó a suceder, puesto que se abstuvieron y provocaron así una repetición electoral que arrojarían como resultado una mayoría absoluta de Esperanza Aguirre.

Una comisión de investigación encabezada por Francisco Granados —posteriormente condenado en la trama Púnica— acabó sin resolución acerca de por qué se produjo el tamayazo, ya que ambos pudieron bloquear tres informes relativos a la investigación. Tamayo volvió al mundo empresarial en el 2008, y Sáez a su plaza administrativa en el Hospital 12 de Octubre de Madrid.