Sánchez y Feijoo pugnan a contra reloj por el control de la Mesa del Congreso
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Ambos líderes tienen 72 horas para ultimar apoyos sin tener mayorías claras
14 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijoo trasladarán sus pulsos políticos desde el Senado y la televisión al Congreso por primera vez el próximo jueves 17. Los dos líderes parten con el objetivo de controlar la Mesa del Congreso, presidir la Cámara Baja y dominar la agenda legislativa. Ello revelará si existe una «mayoría progresista» o una «alternativa al sanchismo», fotografía que ninguno querrá ceder a su rival. Y para protagonizarla, ultiman unas negociaciones discretas pero irresolutas a falta de 72 horas para cerrarlas.
El tiempo vacacional se acabó y ambos han puesto a funcionar sus salas de máquinas a máximo rendimiento y se espera que reaparezcan esta semana. Sánchez cuenta con el respaldo de Sumar, EH Bildu, y centra sus esfuerzos en Junts, PNV y el BNG.
El PNV mantiene su voto en incógnita mientras que el nacionalista gallego Néstor Rego exigió ayer al presidente interino un acuerdo que recoja «medidas bien definidas» y con «un mecanismo de verificación» para no «incumplir» sus promesas como en la legislatura pasada. A ambos les une más su rechazo a Feijoo que su simpatía por Sánchez.
Pero convencer a los independentistas es otra historia. A pesar de la oferta a Junts de un grupo propio compartido con ERC y gracias a un puñado de votos prestados del PSOE, Carles Puigdemont, además de sus segundos, Jordi Turull y Laura Borràs, mantienen férrea su posición: nada de pactos sin amnistía y referendo de autodeterminación.
ERC, por su parte y a pesar de que se da por sentado su apoyo, insistió ayer de mano de su secretaria general, Marta Rovira, que no darán sus votos «a cambio de nada». Ni al PSOE «ni a una Mesa del Congreso que ha vetado al catalán, que no ha dejado investigar el espionaje de Pegasus o que ha atascado la tramitación de la ley de amnistía», publicó en redes sociales.
Pocas opciones para Feijoo
Aunque las cuentas de Sánchez son complicadas, más aún lo son para Feijoo, cuyo partido insiste en que ha de «reflejarse» en la Mesa su triunfo electoral el 23J con un tridente: son el mayor grupo, son los más representados y son los principales aspirantes a dominar la agenda legislativa y conformar un Ejecutivo.
En el bolsillo ya tiene 171 diputados: los del PP, los regalados de Vox y el único voto de UPN. Elías Bendodo, coordinador general del partido, ha pasado estas dos semanas de silencio del jefe de los populares dando cuenta del avance de las negociaciones e insistiendo en que es posible convencer al PNV de que opte por apoyarles pese a haberse negado en rotundo dos veces.
El cortejo más perseguido, el de Coalición Canaria, no ha prosperado pese a que estos se abrieron a negociar la mayoría de la Mesa y una posible investidura después de que Vox decidiera no poner trabas y quedarse fuera de las responsabilidades de un futurible Gobierno. Aunque la demanda de los de Abascal para obtener un puesto en la Mesa complica aún más las negociaciones del PP. Más si quieren ofertar al PNV un puesto en el órgano de gobierno de la Cámara Baja.
Sin contactos con los jelzales, con la puerta cerrada a los soberanistas y la reticencia del resto de grupos a negociar con Feijoo, los populares llegarán sin apenas oxígeno al último tramo por conseguir su «mayoría del cambio».