El nuevo núcleo duro de Abascal: ultracatólicos, consejeros en la sombra y negociadores invisibles

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

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Jorge Buxadé durante un evento en Viveiro.
Jorge Buxadé durante un evento en Viveiro. PEPA LOSADA

Cargos de Vox les responsabilizan del autoritarismo del partido

13 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde el resultado dorado de Vox en las elecciones generales de noviembre del 2019, en el que consiguieron 52 diputados y hasta las de julio pasado, en las que obtuvieron 33, diversos exdirigentes, líderes regionales y cargos internos del partido han denunciado el asalto del ala ultra a la cúpula de la formación que lidera Santiago Abascal.

Dicha facción ahora conforma el núcleo duro del jefe de Vox. Un séquito de cinco personas que, según denuncian las voces discordantes, han organizado una estructura vertical inmisericorde con la disidencia o la disonancia de opiniones. En otras palabras: cualquier desvío de las órdenes de las altas esferas se paga. Y muy caro.

Muchos de los críticos ya han coqueteado con plantear una refundación del partido por el fiasco del 23J, cuya campaña, listas y programas fueron tejidos por los elegidos de Abascal, dejando a un lado al resto de los cuadros. Y todos señalan a los mismos cinco nombres: Jorge Buxadé, Ignacio de las Hoces, Kiko Méndez-Monasterio, Ignacio Garriga y Enrique Cabanas. A ellos hay quien suma al publicista Gabriel Ariza, aunque su papel está más orientado a la estrategia exterior que a la pelea interna.

Jorge Buxadé

El caudillo de Vox. Buxadé es el miembro de la directiva del partido más señalado. No solo por su férreo control sobre la toma de decisiones en el partido, sino por haber fulminado a todo el ala liberal de Vox, casi extinta, que contaba con los perfiles más profesionalizados y que mejor batalla política podían dar. Su pasado en la Falange de las JONS y la Falange Española Auténtica, del que no se arrepiente, sumado a su cargo de vicepresidente de Acción política de Vox, le convierten en el cabecilla del sector más ultracatólico del partido.

Kiko Méndez-Monasterio

El negociador. El exdirector de La Gaceta es el consejero por excelencia de Abascal. Supervisa la estrategia política, conserva las relaciones con partidos afines en Europa y Latinoamérica y es el hombre que estaba detrás del chat que los negociadores de Vox que pactaron gobiernos autonómicos utilizaban en dichas reuniones con miembros del PP para orientarlas. Tiene también un papel esencial en el funcionamiento de la Fundación Disenso y el sindicato Solidaridad.

Enrique Cabanas

El hombre orquesta. El vicesecretario nacional de presidencia de Vox es, junto a Méndez-Monasterio, el asesor más cercano a Abascal. Considerado un número dos en la sombra, su papel de solucionador de problemas y cortafuegos de Abascal le aseguran un control absoluto en lo que respecta a qué le llega y qué sale del entorno del presidente.

Ignacio de Hoces

El doble sustituto. El vicesecretario nacional de Institucional de Vox fue cabeza de lista en Badajoz en sustitución de Víctor Sánchez del Real, el liberal ideólogo de la campaña de las andaluzas del 2018, en las que Vox logró su primer gran resultado. Hombre fuerte de Buxadé, es el coprotagonista de la renuncia de Espinosa de los Monteros por su posible sustitución como portavoz parlamentario. Coqueteó con el carlismo y es miembro de la Orden de Santiago.

Ignacio Garriga

El capitán del antinacionalismo. Pese a que no tiene tanto peso en la secretaría general como la tuvo su antecesor en el cargo, Javier Ortega-Smith, ni tanta voz, Ignacio Garriga se ha convertido en una pieza esencial del sector ultra para orientar la ideología antinacionalista del partido por ser diputado en Cataluña.