A pesar de los intentos de los expertos, se acordó sacrificar a las 43 supervivientes
28 jul 2023 . Actualizado a las 11:01 h.De las 97 ballenas piloto que quedaron varadas en una playa australiana no se ha podido salvar a ninguna. El martes 25 un grupo de conservacionistas avistaron el conjunto de cetáceos, de los cuales 54 ya estaban muertos. A pesar de que enseguida se puso en marcha una operación de rescate, el deteriorado estado de salud que presentaban las supervivientes llevó a las autoridades a la conclusión de que el sacrificio era lo más adecuado.
«El operativo no fue tan bien como esperábamos. Obviamente no era el resultado deseado», comentó en un vídeo Peter Hartley, oficial del Departamento de Biodiversidad y Conservación de la región Australia Occidental.
Este hecho se produjo en la playa de Cheynes, ubicada en la costa occidental australiana. Se trata de una ensenada protegida, rodeada por un parque y una reserva natural. Fue allí dónde el Servicio de Parques Nacional realizó el avistamiento.
Una de las primeras medidas que llevó a cabo un equipo formado por veterinarios, expertos en fauna y hasta 250 voluntarios, consistió en remolcar hasta aguas mas profundas a las ballenas supervivientes. Sin embargo, esto no sirvió de nada, ya que, horas después, ellas mismas se volvieron a varar. Las ballenas piloto son muy sociales y leales, y si escuchan a un familiar llamándolas desde la orilla acudirán en su ayuda. Además, una ballena varada tiene muy pocas posibilidades de sobrevivir debido a su propio peso (que en tierra es insostenible), a las toxinas venenosas derivadas de la reducción de su circulación y a la posibilidad de ahogamiento o sobrecalentamiento.
«Los veterinarios evaluaron a las ballenas y confirmaron que mostraban signos de rápido deterioro (...) Nuestro equipo determinó entonces que la acción más apropiada y humana era eutanasiar a las restantes para evitar prolongar su sufrimiento», publicó en las redes sociales el Servicio de Parques regional.
Las razones de este varamiento masivo están aún sin esclarecer. Entre las posibles explicaciones se encuentran enfermedades, errores de navegación, cambios repentinos en las mareas, persecución de depredadores o condiciones meteorológicas extremas.
Tanto Australia como Nueva Zelanda son el escenario común de varamientos de ballenas y otros mamíferos marinos. En septiembre del 2022, 230 ballenas piloto quedaron varadas en una remota isla de la región de Tasmania, con el fatal resultado de la muerte de todas ellas. Dos años antes, hasta 470 de estos animales quedaron igualmente varados en el mismo sitio, de los cuales solo un centenar pudieron ser salvados.
Tanto esta isla como la playa de Cheynes son lugares que se ubican en las rutas migratorias de diversas especies de ballenas. Aunque el fenómeno del varamiento es global, se suele dar más en costas poco profundas. Los varamientos masivos también son comunes, sobre todo en especies tan sociables como esta o como los calderones pequeños. Además de las causas ya expuestas, la sobrepesca, la polución o la contaminación acústica podrían ser algunos de los desencadenantes de este fenómeno.