Feijoo reivindica «la fuerza de los partidos de Estado» y pide que se deje fuera a los soberanistas

M.ª C. González / X. Gago SANTIAGO / LA VOZ

ACTUALIDAD

XOAN A. SOLER

El complejo pacto para que el PP acceda al Gobierno tropieza con que Vox y PNV se niegan a coincidir en el mismo barco

26 jul 2023 . Actualizado a las 08:24 h.

Por tercer día consecutivo, el candidato del PP, Alberto Núñez Feijoo, volvió a reivindicar su derecho a formar Gobierno, por ser la fuerza más votada y la necesidad de dejar fuera de la gobernabilidad de España a los partidos soberanistas. Feijoo acudió ayer la ofrenda al Apóstol, en Santiago, tal y como había prometido en campaña, y al finalizar insistió en que los buenos resultados alcanzados por los partidos estatales, que «han ganado en apoyos, en votos, y han obtenido un resultado muy importante», indican que hay un mandato claro de los españoles. «Sería un error, un inmenso error, que en España gobernasen los independentistas, porque han perdido escaños y votos. Intentaré hablar con los grupos para darle a España lo que España ha dicho en las urnas», insistió. Feijoo alertó de que «la cuarta economía del euro no puede estar sometida a grupos y políticos minoritarios, algunos prófugos de la Justicia y otros que han dicho muy claramente que no les interesa España. A mi sí me interesa España y acabo de recibir un mandato claro para que en España haya un Gobierno y no un desgobierno».

Trabajar por la estabilidad es la gran apuesta de Feijoo para este período, en el que España preside la UE: «En consecuencia, vienen tiempos en los que se necesita mucha estabilidad, mucho europeísmo y mucha centralidad».

No quiso profundizar Feijoo en la negativa, hecha pública ayer por el PNV, a negociar con el PP después de que el propio presidente popular hiciese público que había contactado con Ortúzar para plantearle iniciar conversaciones.

El laberinto de Feijoo

Las urnas arrojaron el 23J unos resultados tan ajustados que solo un escaño separa la suma de los partidos que sostienen al actual Gobierno de coalición del bloque que, en teoría, podría apoyar la investidura del candidato del PP. Pero la combinación de fuerzas en la derecha es un laberinto.

En lo que se refiere al número de apoyos, el partido más decisivo es Vox, que tiene 33 escaños. Con los 136 del PP la suma da 169. No está sobre la mesa que la formación de Santiago Abascal puede hacer algo diferente que ceder sus votos en el Congreso para echar a Sánchez, pero la tensión con Vox en las últimas semanas es evidente. Bloqueó la investidura de López Miras en Murcia y expresó su malestar por las continuas llamadas de Feijoo al voto útil en favor del PP y en detrimento de Vox.

UPN ya ha expresado su respaldo claro a la investidura de Feijoo, mientras que Coalición Canaria ha dado a entender que venderá caro su voto, pese a que acaban de pactar con el PP en la comunidad canaria. No quieren apoyar una «investidura fantasma», en palabras de Ana Oramas. Hasta ahí la suma se va a 171 escaños, a 5 solo de la mayoría absoluta. ¿Y quién tiene cinco escaños en el Congreso? El PNV.

Feijoo ya había comunicado en campaña que no descartaba un acercamiento a los nacionalistas vascos. Entiende que el PNV coincide mucho más en política fiscal y política industrial, por ejemplo, con el PP que con el PSOE. Sin embargo, si ya de partida conseguir el sí de los 5 diputados es complicado, lo imposibilita el hecho de que Feijoo necesite pactar con Vox. Algo que para los de Ortúzar es una línea roja. Y lo mismo ocurre con Abascal. No quieren estar en el mismo barco que el partido nacionalista, máximo exponente del Estado descentralizado con el que Vox quiere terminar.

Un baño de masas en el Obradoiro junto al cada vez más buscado Rueda

Xosé Gago

Para la resaca electoral, Alberto Núñez Feijoo no se recetó sopas de ajo, sino el Día de Galicia. Si el 23 de julio hubiese sido perfecto, el 25 habría sido un clamor. Si no salía tan bien, el bálsamo del regreso al hogar nunca viene mal.

Tocó el segundo escenario y sí, el bálsamo hacía falta. No hubo ni una crítica del público. Sí peticiones para hacerse selfis y fotos, y gritos intermitentes de «presidente, presidente». El exjefe de la Xunta estuvo acompañado por Alfonso Rueda, cada vez más buscado para las fotos y los saludos. Feijoo atrajo más miradas —toda España lo ha visto en televisión durante el último mes una y otra vez—, pero Rueda tiene una creciente cuota de fans. Entre una cosa y otra, solicitados por turistas, peregrinos y paisanos, los dos políticos tardaron casi 15 minutos en andar los poco más de 60 metros que separan el pazo de Raxoi del Hostal de los Reyes Católicos.

«El de gafas es Feijoo y el más alto es el presidente de Galicia», explicó una mujer a la que parecía su hija. «Pobres, ahí rodeados, no pueden caminar», dijo la chica. «Es que tienen muchos fans», añadió la señora en broma. «Tendrían más si fuesen Ariana Grande», remachó la joven.

A las dos de la tarde, cuando salieron del hostal, un paisano explicaba a una pareja de turistas que quien acompañaba a Feijoo era Rueda, «el presidente de Galicia». Le preguntaron por otro hombre trajeado. «Ese creo que era alcalde de Milladoiro y ahora es ministro». El titular de Sanidad, José Miñones, exregidor de Ames, no estaba por allí, pero un miembro del equipo de seguridad, visto de medio lado, con cierta distancia y quizá algunas dioptrías, tenía un cierto aire.