Feijoo rehízo el partido en 15 meses y robó escaños a su derecha y a su izquierda
25 jul 2023 . Actualizado a las 15:24 h.Hace un año y medio, el PP estaba en medio de una profunda crisis. El liderazgo de Pablo Casado estaba en cuestión después de una serie de decisiones muy criticadas: el error en la votación de la reforma laboral, el adelanto electoral en Castilla y León —con el que Mañueco pasó de una cómoda mayoría con Ciudadanos a un Gobierno mucho más tenso con Vox— y las acusaciones de espionaje a Isabel Díaz Ayuso. Con este panorama de fondo, el PP perdía en favor del PSOE el liderazgo que le habían dado las encuestas el año anterior, quedaba por debajo de los cien escaños y muchos de esos votos se iban a Vox, que se le acercaba peligrosamente en porcentaje de apoyo. La crisis se convirtió en terremoto y el partido eligió a Alberto Núñez Feijoo para salir del atolladero.
Un año y medio después, el panorama ha cambiado sensiblemente. Aun a falta de saber cómo se resuelve la gobernabilidad —si es que se resuelve y el país no camina a un bloqueo y a nuevas elecciones—, lo que sí parece confirmar el 23J es que el centroderecha español camina hacia un liderazgo único: el del PP. Y, en consecuencia, el de su presidente. El 23J deja un escenario en el que Alberto Núñez Feijoo suma ocho millones de votos, una cifra que ningún partido había alcanzado desde que en el 2015 irrumpieron los actores de la nueva política. Son tres millones más que los obtenidos por el PP con Pablo Casado a los mandos en el 2019 y 47 escaños más.
Desaparición de Ciudadanos
Ese nuevo liderazgo de Feijoo en el espacio de centroderecha es resultado de un conjunto de factores. El primer elemento es que, de las tres formaciones que disputaban el voto de ese espacio (PP, Cs y Vox), una ya ha desaparecido: Ciudadanos. Un partido que hizo mucho daño al PP, pero que también arañó apoyos al PSOE. Es también el partido que hace cinco años tuvo a su alcance la vicepresidencia del Gobierno, pero la ambición personal de Albert Rivera por ser el líder de la derecha llevó a la formación prácticamente a la desaparición. Era un partido bisagra, tenía en sus manos evitar la injerencia de los independentistas catalanes en la gobernabilidad de España y los votantes castigaron que no hubiera satisfecho las expectativas. Con lo que el espacio de Feijoo se amplía hacia el centro, porque el grueso de ese voto ha ido a parar a la saca del PP.
Una de las cartas de presentación de Feijoo de las que siempre presumió es que en su territorio nunca había penetrado Vox, ausente del Parlamento de Galicia y con muy escasa representación en los ayuntamientos gallegos. Tras una campaña de generales, en las que fueron continuas las advertencias sobre que votar a Vox en provincias pequeñas era como tirar la papeleta a la basura, aunque no consiguen anular a la formación de Santiago Abascal como hizo en Galicia, esta perdió 600.000 votos, que se traducen en 19 escaños menos, un duro castigo.
Crece a derecha e izquierda
¿Ha emergido entonces un líder del centroderecha en España? En el PP no tienen ninguna duda. «Se ha quedado con los 10 escaños de Ciudadanos y le ha quitado 19 a Vox, pero hay otros 18 que proceden del arco de la izquierda», explican fuentes del partido, en referencia a que la base de Feijoo ha crecido considerablemente «a izquierda y a derecha y, además, ha ganado las elecciones al primer intento, la primera vez que se ha presentado, algo que solo había hecho Zapatero después del 11M». «El PSOE aguanta porque ha crecido a costa de ERC y Junts. Los votantes han entendido que ya es un partido sistémico del nacionalismo catalán».
«Sí, se puede considerar que es el nuevo líder del centroderecha, porque tiene 47 escaños más, su base crece hacia el centro, mientras que Vox se ha desinflado», dice Luis Quiles, experto en márketing y estrategia política. «Feijoo tiene proyección y sobrada experiencia. El problema ha sido que sus resultados se han quedado por debajo de las expectativas que habían generado las encuestas y ellos mismos. Ahora depende mucho de qué pase con el Gobierno, si hay repetición electoral...», explica Erika Jaraiz, profesora de Políticas de la USC, quien apunta también que Vox, tras la fuerte caída del 23J, «va camino de convertirse en una fuerza residual». Un debilitamiento que también reforzaría ese liderazgo de Feijoo.
¿Y cómo se llega aquí en solo 15 meses? En lo que respecta a las formas, «con un mensaje sosegado y moderado, frente a la crispación que es marca de la casa de Sánchez. Y en cuanto al fondo de esos mensajes, con políticas que en algunos casos han sido casi socialdemócratas, como la bajada de los impuestos a las rentas medias y bajas, proponiendo acuerdos de Estado con el PSOE y explicando a los electores que Feijoo iba a priorizar la colaboración con los socialistas frente a Vox», resaltan desde el PP.
Valoran especialmente los populares que toda esta transición se haya hecho en menos de un año y medio. «No olvidemos que hace 15 meses había simpatizantes del PP gritando delante de la sede del partido por los desencuentros entre Casado y Ayuso, y ahora están celebrando una victoria», insisten desde el PP.
La consolidación
En lo que se refiere a la consolidación futura de Alberto Núñez Feijoo como líder en ese espacio de centroderecha, es precisamente el papel de Isabel Díaz Ayuso el que pone en el punto de mira Erika Jaraiz. «Ayer —por el domingo— se oyeron gritos de “Ayuso, Ayuso” entre la gente que fue a Génova a celebrar al victoria. Y eso no es casual». Interpretación con la que no está de acuerdo el politólogo Luis Quiles. «No tendría sentido que Isabel Díaz Ayuso vaya a hacer algún movimiento contra Feijoo. Viene de ganar unas autonómicas, su electorado confía en ella y su equipo ha colaborado con Feijoo en esta campaña [en referencia a los consejos de Miguel Ángel Rodríguez para el cara a cara con Sánchez]», explica. «Pero sí es cierto que Feijoo ha perdido en las generales siete puntos respecto a los resultados de Ayuso en las autonómicas. Y el PP de Madrid es un pilar del partido. Queda incluso representado en la metáfora de la sede. Hay seis plantas por encima, pero en la primera está el PP madrileño». Quiles añade que la consolidación de Feijoo en ese liderazgo de centroderecha dependerá de su papel como jefe de la oposición, si Sánchez consigue formar Gobierno. «Porque seguramente será una oposición más blanda que la de Pablo Casado».