Hallado un nuevo tipo de objeto estelar que emite las ondas de radio más largas jamás detectadas

María Viñas Sanmartín
m. viñas REDACCIÓN / LA VOZ

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CSIC

Llevaría activo al menos 30 años a más de 15.000 años luz de la Tierra

20 jul 2023 . Actualizado a las 08:57 h.

Emite ondas de radio cada 21 minutos, por lo que, de ser un púlsar —restos de neutrones que quedan tras explosión de una estrella gigante, que giran a alta velocidad y que cuenta con un intenso campo magnético—, sería el radiomagnetar de período más largo jamás detectado. También podría ser una enana blanca, otro remanente estelar pequeñísimo y muy caliente, pero muy denso, de masa comparable a la del Sol, aunque tampoco este último suspiro celeste explicaría al cien por cien unas características que desafían la comprensión actual de la física de las estrellas de neutrones. Un equipo internacional de investigadores, liderado por astrónomos de la Universidad de Curtin (Australia, del Centro Internacional de Investigación Radioastronómica (ICRAR) y en el que participa el Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC), ha descubierto un nuevo objeto estelar que plantea nuevos y asombrosos escenarios en relación a estas exóticas fuentes de energía.

El hallazgo, publicado este miércoles en la prestigiosa revista Nature, habla de un cuerpo estelar localizado a 15.000 años luz de la Tierra, en la constelación Scutum, y percibido por primera vez el año pasado desde el territorio aborigen Wajarri Yamaji, en el interior de Australia Occidental, a través del radiotelescopio Murchison Widefield Array (MWA). En enero del 2022, los investigadores habían publicado un primer artículo describiendo un objeto que aparecía y desaparecía en el cielo de manera intermitente, emitiendo fuertes rayos de energía tres veces por hora, exactamente cada 18 minutos. Acostumbrados a púlsares con períodos de giro de como mucho unos segundos, se reconocían incapaces de explicarse qué era lo que habían encontrado. Resultó ser una fuente de radio transitoria que apenas brilló en el cielo unos meses y luego se extinguió, pero les dio un pista, y durante todo el verano se dedicaron a escanear el cielo desde distintos puntos del mundo hasta capturar un inusual número de pulsos consecutivos largamente espaciados.

Al repasar los registros observacionales de las misma coordenadas y características descubrieron que el nuevo objeto lleva estallando al menos más de 35 años: los archivos contenían referencias a los pulsos de este objeto ya en 1988. Con los datos de los últimos 30 años, los investigadores han calculado que la fuente apenas se está desacelerando. Según complejas simulaciones realizadas por los científicos del grupo del ICE-CSIC, liderado por la doctora en Astrofísica Nanda Rea, las teorías tienen serios problemas para explicar cómo se puede producir una emisión de radio tan brillante durante tanto tiempo.