Rebelo de Sousa no da por cerrado el «autoindulto» del Gobierno de Costa sobre TAP
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Los socialistas aprobaron en solitario el informe de la investigación sobre la gestión de la aerolínea, pero el presidente de la República no dijo su última palabra
15 jul 2023 . Actualizado a las 08:55 h.La noche de este jueves, tras una sesión de más de cinco horas, el Partido Socialista luso aprobó en solitario el informe definitivo elaborado por la comisión de investigación parlamentaria sobre la gestión de la aerolínea TAP. Una investigación solicitada por el primer ministro, António Costa, para resolver la indemnización de medio millón de euros que la empresa, rescatada por el Estado, pagó a Alexandra Reis. La investigación, conducida por una diputada socialista, absolvió al Ejecutivo de cualquier tipo de presión sobre la cúpula directiva de la compañía, y apenas tocó de soslayo algunas de las situaciones más incómodas y polémicas en torno al caso.
Cuando a principios de mes se presentó el informe preliminar, los demás grupos parlamentarios lo tacharon de «parcial» y «vergonzoso». Y desde entonces, los esfuerzos de sus autores por conciliar posturas y lograr el reconocimiento de otras formaciones fueron inútiles. El jueves, la votación parecía dejar zanjado, al menos en el plano burocrático, este trauma del Gobierno, que generó unas consecuencias nefastas para su imagen y dejó sin apenas autoridad a algunos de sus miembros.
Pero el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, no está dispuesto a permitir que la mayoría socialista silencie lo que es la mayor crisis del Ejecutivo. «Normalmente no comento estos temas porque no llegan al presidente de la República, pero el de TAP es un tema sobre el que el presidente puede pronunciarse y se ha pronunciado varias veces (…). Leeré [el informe] y, si tuviera cosas que decir sobre ese tema, lo diré primero ante el Consejo de Estado, que se reunirá en una semana», dijo y prometió: «Lo diré públicamente».
Rebelo de Sousa a finales de abril ya había exigido la dimisión del ministro de Infraestructuras, João Galamba, por uno de los escándalos que el informe menciona tangencialmente. Galamba presentó su renuncia, pero Costa no la aceptó. Su negativa provocó un enfrentamiento abierto entre las dos máximas autoridades lusas, y aún no se ha cerrado. Rebelo de Sousa acusó al Gobierno de «irresponsabilidad» y habló de un serio daño a la credibilidad de las instituciones democráticas. Su última palabra puede doler mucho más que la votación de este jueves.