El militar que lideró el rescate de los niños perdidos en la selva: «Sin los indígenas aún estaríamos buscando a los cuatro hermanos»
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El general Sánchez considera que el trabajo conjunto entre los soldados y los nativos hizo posible el milagro
18 jun 2023 . Actualizado a las 17:23 h.Hace mes y medio casi ningún colombiano habría podido identificar al general Pedro Sánchez Suárez. Ahora, en cambio, es el rostro más visible del «milagro de la selva», como responsable de la operación Esperanza, que logró rescatar de la selva a los cuatro niños perdidos 40 días después del accidente de avioneta en el que murió su madre. «Todo es posible cuando se quiere. Partiendo de la voluntad, por un propósito loable, es más fácil, y en esta ocasión se trataba de salvar a cuatro niños», comenta Sánchez, de 52 años, a La Voz, en una pausa de sus quehaceres diarios.
El general es comandante del Comando Conjunto de Operaciones Especiales de las Fuerzas Militares, un grupo especializado en desarrollar grandes operaciones y en ubicar y neutralizar objetivos de alto valor, como fue la captura en el 2021 de Otoniel, el capo del clan del Golfo.
Muchos considera a Sánchez un héroe por comandar a los 200 militares que se adentraron en la selva, pero él asegura que los verdaderos héroes son los 70 indígenas que los acompañaron y acabaron hallando a los niños, una unión inédita en Colombia que muchos consideran una base para avanzar en el futuro.
«Juntos somos invencibles»
El Ejército puso los medios, los helicópteros, el transporte, los teléfonos vía satélite, la comida y la logística, pero los conocimientos ancestrales de los indígenas fueron básicos para hallar a los niños, como reconoce Sánchez. «Sin los indígenas, tal vez estaríamos aún buscando a los menores, pero, sin nosotros [los militares], creo que ellos no estarían allí. Separados somos importantes, pero juntos somos invencibles», confía Sánchez, haciendo alarde de una narrativa directa y que genera confianza.
En un programa de la televisión pública y rodeado por los representantes de los pueblos nativos que participaron en el rescate, el general sorprendió al entonar las dos palabras claves del himno de la Guardia Indígena, «guardia, guardia», a lo que los indígenas respondieron «fuerza, fuerza». Una imagen de unidad muy comentada en el país.
«Debemos unirnos, tener fe y también trabajar duro, arduamente y sin pausa. La fe hace que movamos montañas. Cuando uno pierde la esperanza, lo pierde todo. Cuando deja de combatir, pierde la guerra. Las Fuerzas Militares, que son la institución más querida por los colombianos, muy seguramente ahora lo serán más, al igual que nuestros indígenas. Lo único que hay que hacer es dialogar», asegura Sánchez.
La búsqueda de los niños fue ardua, pero los rescatistas no perdieron la esperanza. «Lo más difícil no fue ni el ánimo ni las condiciones climáticas. Fue la incertidumbre», destaca Sánchez.
«Comparando las huellas de los niños con los rastros de nuestro GPS podemos estar seguros de que estuvimos cerca, a unos 40 metros, tal vez el mismo día, o un día antes, o un día después. No los vimos porque en la selva, a más de 20 metros, no se ve nada. En un partido de fútbol se da, a esa distancia, simplemente un pase para hacer un gol, pero en la selva, a más de 20 metros, es más que suficiente para perderse y que se lo trague la selva», expone el general, oficial de la Fuerza Aérea, oriundo de la localidad boyacense de Boavita, de padre comerciante y madre profesora.
Asegura, eso sí, que los últimos días no le han cambiado. «Esto es lo que hago todos los días. Operaciones especiales. Y otras han sido más difíciles. No me ha cambiado nada, pero he aprendido muchas cosas».