El resultado electoral ha dejado Barcelona en una situación de gobernabilidad compleja
14 jun 2023 . Actualizado a las 09:54 h.El endiablado resultado electoral que ha dejado el 28M en Barcelona, donde las tres primeras formaciones en el escrutinio —Junts (11 actas), PSC (10 ediles) y Comunes (9 concejales)— hace que todas las combinaciones, por rocambolescas que parezcan, están sobre la mesa. El último intento es el de Ada Colau, que no se resigna a abandonar el poder que ha ostentado en los últimos años pese a la constante pérdida de apoyos ciudadanos. En un giro propio de una serie política nórdica tipo Borgen, la exactivista antidesahucios sugirió este martes trasladar a la segunda urbe en población de España una solución de pueblo pequeño: una alcaldía rotatoria entre los tres principales perdedores de los comicios: ella misma, Esquerra, que pasó de ser la más votada en el 2019 a cuarta fuerza con cinco concejales, y el PSC, con un Jaume Collboni que quedó segundo y no pudo hacer realidad la decidida apuesta de Pedro Sánchez por convertir la conquista de Barcelona en una de sus banderas el 28M.
Propuesta singular
El reparto de tiempo es singular. A Ernest Maragall (ERC) le tocaría un año al frente de la ciudad. Colau tomaría el relevo año y medio y Collboni, el más votado de los tres cerraría el mandato con un tiempo idéntico a la líder de los comunes.
Y esa carambola política, además, debería superar las reticencias entre los distintos socios. Así, Ada Colau pretende que Ernest Maragall olvide sus diferencias con ella, cuando le arrebató la alcaldía pese a ser los republicanos los más votados. La primera respuesta del veterano candidato de Esquerra fue de sorpresa. «A nosotros nadie nos ha dicho nada», explicaron fuentes de Esquerra reduciendo a una ocurrencia de la derrotada alcaldesa su propuesta.
Tampoco en las filas socialistas parecen dispuestos a sacrificar su condición de partido más votado de la izquierda. Pero la situación para Collboni también es muy compleja. A la suma de socialistas y comunes, que ya negociaron juntos casi todo el mandato que ahora acaba, les faltarían dos concejales para lograr la mayoría absoluta y desbancar a Xavier Trías. La carambola salió a última hora en el 2019 con el inesperado apoyo de Manuel Valls, que acabó abandonando el consistorio barcelonés a los pocos meses. Para repetir ese escenario, y descartado Vox, Collboni y Colau necesitarían el apoyo de un PP cuyo portavoz, Daniel Sirera, ha puesto como línea roja para ello la salida de los comunes del gobierno local.
Pero, además, a los populares esa situación también les obliga a elegir entre la maniobra de Colau o el facilitar, con su abstención o el voto directo a Sirera, la investidura de un nacionalista como Xavier Trías, que se beneficiaría de su condición de partido más votado.