Muere Silvio Berlusconi, magnate de los medios, amante del fútbol, referente político en Italia y controvertido amigo de Putin

La Voz REDACCIÓN

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El ex primer ministro italiano llevaba dos días ingresado en un hospital de Milán

12 jun 2023 . Actualizado a las 18:51 h.

Silvio Berlusconi ha fallecido en Milán a los 86 años. El ex primer ministro italiano y y fundador del grupo Mediaset llevaba ingresado desde hace dos días en el hospital San Raffaele de Milán para someterse a una serie de controles programados debidos a la leucemia crónica que sufría. No había pasado un mes después de su última hospitalización, que se prolongó 44 días por una infección pulmonar derivada de dicha leucemia.

Pese a su edad y las varias causas judiciales que tenía abiertas desde hace años, el también líder de Forza Italia, seguía siendo una figura popular en Italia. De hecho, en las últimas elecciones pudo volver a ostentar un cargo electo, como senador, y su partido, Forza Italia, forma parte de la actual coalición de Gobierno, encabezada por Giorgia Meloni.

Berlusconi había limitado al mínimo sus comparecencias públicas desde el comienzo de sus hospitalizaciones. Una de las últimas tuvo lugar el pasado 6 de mayo, cuando el ex primer ministro tranquilizó a sus simpatizantes con una emisión desde el hospital en la que criticó el «imperialismo» de China, reclamó cambios en los fundamentos de voto de la Unión Europea y comparó su formación con una religión.

Figura central de la política italiana durante las últimas décadas, Berlusconi ha ocupado en tres ocasiones la jefatura de Gobierno: entre mayo de 1995 y enero de 1995, entre junio del 2001 y mayo del 2006 y entre mayo del 2008 y noviembre del 2011. Su partido también es socio de la actual coalición de Gobierno, junto a la Liga de Matteo Salvini y los Hermanos de Italia de Giorgia Meloni.

Además, fue el fundador del imperio de comunicación Mediaset y un reconocido amante del fútbol, presidiendo los mejores años del Milán de los 90 y hasta que lo vendió a un consorcio chino, y, en la actualidad, como inversor en el modesto Monza junto a su inseparable amigo Adriano Galliani.

 Homenaje de la clase política

La clase política italiana se ha despedido este lunes del ex primer ministro Silvio Berlusconi, a quien todos coinciden en recordar como una figura histórica para Italia, tanto por sus varias etapas al frente del Gobierno como por su labor como empresario, centrada en los medios de comunicación.

Al líder de la Liga, Matteo Salvini, la noticia le ha sorprendido durante una visita para inaugurar una nueva sede de la Guardia Costera. En sus primeras declaraciones, ha lamentado el fallecimiento de «un gran hombre y un gran italiano», con el que tejió en los últimos años la alianza de derechas que hoy gobierna, informan medios italianos.

El líder del Partido Democrático (PD), Enrico Letta, ha apuntado que la muerte de Berlusconi afecta a todo el país porque Berlusconi «hizo historia», un reconocimiento que también le ha concedido presidente del Movimiento 5 Estrellas (M5E), Giuseppe Conte. Incluso sus adversarios, ha añadido Conte, pueden reconocer que «nunca le ha faltado coraje, pasión y tenacidad».

En este sentido, el ex primer ministro y actual líder de Italia Viva, Matteo Renzi, ha afirmado que Berlusconi generó durante su vida todo tipo de sentimientos -«muchos lo amaron, muchos lo odiaron»-, pero ha incidido en que, al margen de consideraciones políticas, «hizo historia».

Según Romano Prodi, ex primer ministro y antiguo presidente de la Comisión Europea, ha muerto una persona con un «largo e intenso» compromiso público que ha ejercido una «gran influencia» en Italia. Así, pese a la «rivalidad» política que existió entre ambos, ha destacado que siempre mantuvo con Berlusconi un «respeto mutuo».

Precursor del populismo

Silvio Berlusconi ha sido uno de los personajes más relevantes de la vida pública de Italia del último medio siglo: magnate de un imperio mediático, cambió el modo de hacer política y se convirtió en el precursor del populismo encarnado por Donald Trump.

Empresario de éxito y uno de los hombres más ricos de Italia, fue un incombustible animal político que aprovechó el vacío dejado por la desaparición de la Democracia Cristiana y, con un estilo de triunfador «hecho a si mismo», ganó las elecciones casi de inmediato y se mantuvo en primera línea desde 1994 hasta el final de su vida.

Al frente del Gobierno italiano en tres ocasiones (1994-1995, 2001-2006 y 2008-2011) y, a pesar de caer en desgracia en el 2011, tras ser inhabilitado por su condena por fraude fiscal, Berlusconi regresó al Parlamento como senador en el 2022, cuando su partido se asoció al Gobierno de coalición de la ultraderechista Giorgia Meloni.

Estuvo envuelto en numerosos juicios por corrupción y abuso de poder: el escándalo más sonado fue el llamado «caso Ruby», apodo de la joven marroquí con la que Berlusconi supuestamente mantuvo relaciones sexuales cuando ella era menor, aunque también se le acusó de haber negociado con la mafia siciliana (Cosa Nostra) en los 90. Todos acabaron en absolución o en la prescripción del delito.

Del ladrillo a la tele

Berlusconi (Milán, 1936), hijo de un banquero de clase media que comenzó cantando en cruceros y vendiendo aspiradoras, inició una meteórica carrera empresarial al fundar con 25 años su primera constructora, Cantieri Riuniti Milanese.

En los años 70 puso en marcha una televisión por cable que emitía en uno de los barrios milaneses que él mismo había construido, se hizo con parte del capital del diario Il Giornale y creó la televisión Canale 5.

Ese 1978 fundó Fininvest, la sociedad de cartera de la familia Berlusconi que hoy controla un imperio formado entre otros por la casa editorial Mondadori, la productora de cine Medusa y el grupo audiovisual Mediaset.

En la cúspide de su carrera empresarial, Berlusconi anunció en 1994 en un discurso televisivo su famoso: «Entro en el campo» de juego. Comenzó así su carrera política con la fundación de Forza Italia, un partido de corte liberal y centrista que mostraba los primeros signos del populismo y que prometía llenar el vacío en un país desencantado por los políticos después de la operación anti-corrupción «Manos Limpias».

Berlusconi se presentó como el dique de contención contra el comunismo y prometió liderar el país como había gestionado sus empresas. Y convenció: ese mismo año ganó las elecciones y se convirtió en jefe de un Gobierno en coalición con la Liga Norte, entonces encabezada por su fundador Umberto Bossi.

Aquel gabinete no duró mucho. Acechado por la justicia y los incesantes ataques de la oposición, vio cómo en diciembre de ese año Bossi le retiró su apoyo y le obligó a dimitir.

Volvió a ser primer ministro en el 2001, con la coalición conservadora Casa de las Libertades, con la que gobernó durante cinco años y convirtió ese Ejecutivo en uno de los más duraderos de la Historia del país.

En la campaña electoral sorprendió firmando un contrato con los italianos en uno de los programas televisivos más seguidos del país para, entre otras cosas, abolir el impuesto de la primera casa: con esta promesa populista El Caimán, como lo apodó el cineasta Nanni Moretti en una de sus películas, «devoró» a su adversario.

En 2006, intentó revalidar su mandato, pero perdió contra Romano Prodi, aunque solo dos años después, con 71, aprovechó la caída del Gobierno para volver ser primer ministro, esta vez con el Pueblo de la Libertad (con Forza Italia y la derechista Alianza Nacional).

Dirigió de nuevo el país en coalición con la Liga Norte hasta que en el 2011 la crisis económica y otra vez los escándalos judiciales hundieron su Gobierno y Mario Monti asumió la dirección de un Ejecutivo técnico.

Fue su última legislatura, aunque nunca desapareció por completo de la escena política.

Sonadas fueron sus fiestas con mujeres en Villa Arcore, las polémicas bunga bunga, que le valieron la apertura de varios juicios en su contra por abuso de poder e incitación a la prostitución de menores y otros por haber presuntamente sobornado a los testigos.

Casado en dos ocasiones y padre de cinco hijos, tuvo varias parejas hasta la actual Marta Fascina, diputada de Forza Italia 53 años más joven que él y con quien celebró en el 2022 una falsa boda.

Siempre polémico, se recuerda cuando a modo de broma puso «los cuernos» en una cumbre al entonces ministro de Exteriores español, Josep Piqué; cuando dijo que envidiaba la piel bronceada del expresidente de Estados Unidos Barack Obama o que el dictador Benito Mussolini «envió gente de vacaciones» al exilio.

Además de por sus numerosos chistes machistas, Berlusconi causó polémica por su amistad con Vladimir Putin, en particular en sus últimos meses de vida.